Los estudiantes de Criminoloxía aprenden a escuchar a los muertos

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

CENAMOR

El doctor desveló los secretos de su profesión y relató casos reales como el de la cueva de Arcoia

14 abr 2018 . Actualizado a las 16:32 h.

La aparición de un cadáver está casi siempre rodeada de un terrible silencio que oculta las grandes preguntas que envuelven un crimen: quién es el fallecido, dónde y cuándo se produjo su muerte, cuáles son la causa o el posible móvil del deceso y cómo se cometió. Ese silencio, sin embargo, está lleno de gritos, emitidos, eso sí, a una frecuencia únicamente audible por forenses como Fernando Serrulla, jefe de la Unidad de Antropología Forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) y una eminencia que participó en el ciclo «Criminoloxía e cine», que desarrolla el instituto que imparte esta disciplina en la USC.

La presencia de Serrulla atrajo la atención de un nutrido grupo de alumnos de Criminoloxía y Dereito, que tuvieron la oportunidad de aprender un poco cómo se escuchan esas verdades que gritan los muertos. El forense, que cursó los estudios de criminología en Santiago entre 1991 y 1994, confesó que esta disciplina «cambió el punto de vista de mi profesión» porque considera que esta especialidad «cambia el punto de vista del delito, del delincuente y de la víctima».

El forense reveló numerosos secretos de su profesión para que los estudiantes pudiesen aprender a escuchar un poco esos gritos con los que los muertos nos narran lo que les pasó aunque hayan pasado ya muchos años.

Así, tras repasar cómo se aborda una escena del crimen y la importancia de no contaminarla o describir todos los elementos con los que cuenta el forense para hacer su trabajo, como el ADN o los restos biológicos, Serrulla relató algunos de los casos reales en los que trabajó y sus secretos. Unos cuantos con fotos, pero el último con los esqueletos reales de los dos cuerpos hallados en la cueva de Arcoia, en O Courel. Su muerte estaba sepultada tras décadas de un silencio que se pudo sonorizar y concluir que eran un adolescente y un adulto fallecidos de forma violenta en la Guerra Civil o en la tercera Guerra Carlista. La historia completa es aún un misterio.