Mari se muere de hambre y frío

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Marga Mosteiro

Una yegua cruzada permanece desde hace meses atada y a la intemperie en un finca de Santiago

12 abr 2018 . Actualizado a las 17:20 h.

Mari es una yegua de raza cruzada, que se muere de hambre y frío en una finca de Garabal, muy cerca del polígono del Tambre, y cerca también del Camino Inglés. El animal lleva meses atado y a la intemperie, oculto detrás de unas zafras que impiden que sea visto desde la carretera de Garabal, sin que su propietario se preocupe de su bienestar. Una larga cuerda sirve para que se mueva por la finca, pero por su estado permanece prácticamente quieto durante todo el día. La única atención que recibe de su dueño es que, de cuando en vez, la desata y la vuelve a atar en otro punto de la finca, pero siempre oculta para que no sea visto desde la pista. A juzgar por el estado de sus pezuñas, la desatención no es una cuestión de días ni de pocos meses, según nos confirmó Jacobo Pérez Paz, de la Asociación do Cabalo Galego. 

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El estado de sus patas le impide caminar con normalidad, y en su cuerpo se pueden contar las costillas. En su lomo, solo una tela pretende servir de protección. Cuando alguien desconocido se acerca al animal, tiembla pero ya no intenta escapar. Seguramente, le faltan fuerzas para seguir luchando. La única comida que hace al día es el pan y la fruta que le lleva una vecina, y las pocas hierbas que consigue arrancar del prado donde ha pasado todo el invierno y todos los temporales encadenados de las últimas semanas.

El propietario de la yegua, según comentaron fuentes vecinales y confirmó Jacobo Pérez, es un hombre de avanzada edad, que es muy conocido en la zona y que no está en condiciones de tener ni de cuidar animales. Al parecer también posee un rebaño de ovejas, que tampoco están perfectamente cuidadas, según comentó una vecina.

Futuro de Mari

La opción más viable para el futuro de la yegua es que se denuncie su situación ante la Policía Local, algo que ya fue hecho según nos confirmaron fuentes vecinales, o ante el Seprona para actúe con rapidez. Y, según ha confirmado esta mañana el cuerpo municipal, ya se han puesto en contacto con el servicio de protección de la naturaleza de la Guardia Civil para actuar en este caso. El propietario se enfrenta a duras sanciones en el caso de que Mari no tenga chip ni esté registrado, pero también en el caso de que lo tenga legal. El problema es que, en caso de no tener chip, deberá ser localizado el dueño y habrá que ponerle chip para poder sacar a la yegua de la finca. Jacobo Pérez Paz indicó que, al no contarse con sitio para grandes animales en el refugio de Bando, hay la opción de conducirlo a un centro situado en Ames.

Mari sería atendida para conseguir su recuperación, pero la actuación tiene que ser rápida para evitar su muerte por inanición.