«Lo duro es ver la explotación extrema a la que está sometida la población»

Margarita Mosteiro Miguel
Marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

XOAN A. SOLER

El misionero de Cáritas en Katanga, Florentino García Veiga, considera fundamental impartir educación «porque sin ella allí no hay futuro»

03 mar 2018 . Actualizado a las 00:06 h.

Florentino García Veiga se define como un misionero que solo quiere «hacer algo para intentar cambiar el mundo, aunque reconozco que en veinte años los cambios han sido muy pequeños. Casi nada». Pese a esta visión tan pesimista, «algo cambia cuando algo se hace; y nada se mueve si nos quedamos quietos».

En los trece años que lleva en la República Democrática del Congo, la misión se centró en «la educación y la sanidad, que son los dos pilares fundamentales. La educación es indispensable, porque sin ella no hay futuro». En estos países, «todo, absolutamente todo, cuesta dinero, y todo se puede comprar. La educación no es gratuita y tampoco la sanidad. Cuando entras en un hospital tienes que hacer una ficha, y tener una tarjeta para pagar». Ante esta situación, «el trabajo de las misiones es fundamental, porque es la única manera de acercar estos servicios básicos a la mayoría de las personas». Asegura que si todos los hospitales y colegios rurales de las misiones se cerraran, «la mayoría no tendría acceso ni a la educación ni a la sanidad».

En su opinión, «a pesar de todo, el 98 % de las oenegés y de las personas que trabajan con ellas lo hacen bien, y se dedican plenamente». Todas las noticias que han surgido en los últimos meses «han hecho mucho daño, nadie está libre de ello, pero hay mucha gente trabajando limpiamente».

Florentino García Veiga visitó Santiago para impartir ayer una charla sobre la minería en África ante un auditorio lleno de niños, en Área Central, y su experiencia no dejó a nadie indiferente. Tras 13 años seguidos en la región de Katanga, y más concretamente en Lubumbashi, Florentino reconoce que lo «más duro es ver la extrema explotación laboral a la que se ve sometida la población» y que está vinculada al mundo de la minería. «Solo se perciben ciertos cambios para mejor en la ciudad de Lubumbashi, pero a solo un kilómetro nada ha cambiado».

Para el misionero es impactante «ver salir un camión cargado con cuarenta toneladas de metales y minerales, por un valor de 250.000 euros, por el que pagan no más de cinco euros diarios a los trabajadores». Ante un puesto de metales, comenta: «Un collar que aquí se vende a 63 euros, allí costará no más de tres o cuatro euros. Ellos empiezan por veinte euros, y van bajando hasta llegar a cantidades ridículas. En mis trece años, los momentos más difíciles fueron cuando intentaba comprar productos para venderlos en Occidente y así recaudar más fondos para las misiones. Siempre les pagaba más, estaban locos por que fuera yo el que compraba. Ahora con los problemas en las aduanas ya no se pueden traer».

El misionero pediría a los países occidentales un «poco de reflexión», y sobre todo, reconocer la «hipocresía» que rodea nuestra forma de vida. García Veiga recuerda que «con la crisis se había planteado la necesidad de introducir cambios en nuestras vidas. Solo hay que mirar alrededor para darnos cuenta de que solo se trabaja para recuperar el mismo estilo de vida», apunta.

«El teléfono móvil que llevamos en el bolsillo está manchado de sangre. El coltán, que se extrae con métodos artesanales, es un mineral que ha causado la muerte de muchos niños», insiste Florentino García, que solo le pide a Occidente que «si les robamos tanto, devolvámosles algo. Estamos obligados a ser solidarios».

El personaje. Florentino García Veiga es misionero de la oenegé Cáritas, que desarrolla su actividad en Lubumbashi, lugar al que tiene previsto regresar el próximo mes de mayo.

Exposición. Florentino García participó en la exposición de minerales del centro comercial Área Central, que permanecerá abierta hasta el próximo 6 de marzo, en horario comercial de 10 a 22 horas.