Un libro recoge varias investigaciones sobre el redescubrimiento de los restos del apóstol Santiago
31 ene 2018 . Actualizado a las 04:55 h.«El siglo XIX fue una gran revolución para las peregrinaciones porque también fue la revolución del transporte, con la aparición del vapor. Eso permitió reunir a decenas de miles de personas, algo que hasta entonces no era posible. Es como si se hubiera democratizado la posibilidad de hacer peregrinaciones», aseguró Antón M. Pazos, vicedirector del Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento y editor del libro Renovación de las peregrinaciones a Santiago de Compostela en el siglo XIX: entre la tradición y la modernidad, que recoge los resultados de las últimas investigaciones sobre la reinventio apostólica.
La publicación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas fue presentada ayer en San Roque en un acto en el que también se homenajeó a Fernando Acuña Castroviejo, catedrático de la Universidad de Santiago y autor de uno de los siete capítulos que conforman el libro. El resto son obra de Enrique Martínez, Milagrosa Romero, Antón Pombo, José Andrés-Gallego y Francisco Javier Román Soláns, además del propio Antón M. Pazos, investigador principal del proyecto en el que se enmarca el trabajo.
En el XIX, Santiago era una «ciudad casi moribunda» que ya ni era capital de provincia y fue clave la excavación en busca de los restos del Apóstol. «Con la cripta hay ya como un punto de referencia», explica Antón M. Pazos. ¿Qué diferencias presenta con otros puntos de peregrinación? «Muchas eran a santuarios marianos, a lugares nuevos. Santiago tiene la peculiaridad de que es una peregrinación muy asentada y, además, tiene una potencialidad europea. Esa mezcla de lo que había sido y de lo que podía ser le da una peculiaridad», añade. Además, indica que otra diferencia es que otras estaban motivadas por motivos de tipo milagroso, pero a Compostela «no acudían buscando algo, sino simplemente por la devoción».
Ya llevan cinco volúmenes sobre peregrinaciones y prevén dos nuevos trabajos más centrados en el siglo XIX. La mayor dificultad está en la documentación, afirma Pazos, puesto que se encuentra muy desperdigada, va desde el Vaticano hasta la experiencia de un sacerdote francés del siglo XIX.