Compostela, versión original subtitulada

Tamara Montero
Tamara Montero CRÓNICA

SANTIAGO CIUDAD

23 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

[Fade in. Gran plano general]. Arrancó de manera tímida. Pero desde los primeros minutos de metraje tenía tintes de melodrama. Aunque acabó convirtiéndose en una historia de redención. En una auténtica epopeya. Los primeros en caer fueron los más antiguos. Del Avenida ya son muchos los que ni siquiera se acuerdan. A los Capitol los despedimos en aquellos años en los que si ponía «no recomendada para menores de» te quedabas fuera. La Sala Yago se fue apagando poco a poco. Que si teatro, que si actividades. Que si okupaciones y desalojos. Que sí. Pero que no. No se recupera.

[Funde a plano conjunto]. Luego fueron desvaneciéndose los jóvenes. Los que resistían. Los que mantenían la cartelera. Allá se fueron primero los Multicines Compostela. Y después, las grandes multisalas de Fontiñas se trasladaron. Un poco más arriba. Habían cambiado Área Central por As Cancelas. De pronto, sin previo aviso, la película se quemaba en el Ensanche. Los domingos ya no se pasarían al abrigo de las galerías de Fernando III O Santo. Los Valle-Inclán también cortaban un rodaje que había durado treinta años. Y era el fin de una era.

[Plano entero] Aquello, más que melodrama, ya tomaba las formas de una tragedia griega. Pero siempre hay quien construye utilizando escombros. Y que con los desechos, crea. La ciudad no se había librado aún de ese ligero temblor de piernas cuando llegó. Era diferente. Era idealista. Era una oda a cine. Era Numax. Y era el giro de guion. Y comenzaba a narrarse una epopeya.

[Plano americano] Y Santiago redescubría las salas pequeñas. El cine independiente. Y sobre todo, que las películas se ruedan en muchísimas lenguas. Compostela, versión original subtitulada. Entender por fin los juegos de palabras. Escuchar a Emma Stone y Ryan Gosling enamorándose, separándose, reencontrándose, utilizando su propia voz. Su propia cadencia. Regresaron, como un ave Fénix, los Compostela. Y la verdad es que es un alivio poder ver a Meryl Streep en Los Archivos del Pentágono demostrando toda su potencia. Cómo es capaz de convertirse en la dueña del Washington Post. No interpretarla. Ser ella. Y ese pequeño deje. Y escuchar como su voz se quiebra.

[Primer plano] Y observar un domingo, a las ocho de la tarde, a la gente haciendo cola. Para ver una película en versión original subtitulada. Que la hayan programado en horario de máxima audiencia. Ha llegado la redención. El regreso de magia. Y Compostela, ahora, se proyecta en versión original subtitulada. [Fundido a negro].