Los Reyes Magos dejan sonrisas de leyenda

Montse García Iglesias
Montse garcía SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Niños y mayores llenaron las calles durante más de dos horas para disfrutar de la cabalgata

06 ene 2018 . Actualizado a las 23:40 h.

«¿Fostes bos?». El «sííííí» fue atronador en la Praza do Obradoiro para recibir a los Reyes Magos de Oriente. Atrás quedaban dos horas recorriendo la ciudad en la que niños y mayores llenaban las calles. En las primeras filas tanto se podían ver a pequeños aún con chupete como a adolescentes, padres o abuelos. Y en todos destacaba un denominador común: la gran sonrisa dibujada en su rostro. La ilusión no entiende de edades, que se lo pregunten a Melisa, de Mazaricos, de 19 años, que no dudó en ponerse en la barandilla de la estación de tren para seguir los primeros pasos de Melchor, Gaspar y Baltasar desde una posición privilegiada: «Nunca vin unha cabalgata deste tipo». A pocos metros una pareja de mediana edad. «A nosa filla, de 18 anos, vai acompañando a Melchor», detallaban para explicar su presencia. «E se podemos coller algún caramelo, tamén», bromeaba el padre. Unos 2.000 kilos se repartieron durante el recorrido y por ellos gritaban y luchaban los asistentes. Poco importaba la edad, demostrando que la cabalgata no es solo cosa de niños.

Hubo grandes dosis de magia en las calles compostelanas. Por una parte, la que pusieron Melchor, Gaspar y Baltasar desde que llegaron a la estación de tren a las cinco y media. Y otra buena ración la aportaron personajes de leyenda, como la Maruxaina -que cerraba la comitiva real con su propia carroza-, las avelaíñas o los trasnosque lle dan medo a calquera»-, entre otros. Todos seguían el camino que marcaban las estrellas fugaces que abrían la cabalgata y que llegaban a la Praza do Obradoiro poco después de las siete de la tarde. Junto a ellos, no faltó la música con grupos tradicionales o charangas, que se mezclaba con los compases más navideños de las carrozas. Una magia que parece que logró alejar da lluvia, que amenazó con sumarse cuando la comitiva daba sus primeros pasos por la avenida de Lugo.

En la Praza do Obradoiro, un espectáculo de danza y de acrobacias aéreas servía para poner el punto y final a la programación. Pero faltaba aún el plato fuerte: hacer llegar las últimas peticiones de regalos a Sus Majestades durante la recepción real que ofrecieron en el pazo de Raxoi. Y eso que algún pequeño dudaba. Pero poco importaban las colas por una última sonrisa. Como dijo el rey Baltasar desde el balcón: «Non deixedes xamais de soñar».

Regalos personalizados en el CHUS

En el CHUS los Magos tuvieron ayer doble sesión: por la mañana visitaron en el Clínico la escuela infantil, la planta de hospitalización y consultas externas de pediatría, y la UCI y las urgencias de pediatría. Sorprendieron con regalos personalizados a muchas niñas y niños ingresados o con cita programada.

Por la tarde llegaron en una limusina blanca al hospital médico-quirúrgico de Conxo, escoltados por el Moto Club Santiago. También tuvieron regalos para pacientes ingresados en las plantas y para hijos e hijas del personal.