El último independiente de Conxo

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

MONICA IRAGO

Manuel Barral fue testigo de cómo el ayuntamiento pasó a convertirse en un barrio compostelano. Hoy cumple 92 años

26 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Todos los sábados a las siete de la tarde, Manuel Barral va a misa a la iglesia de Santa María de Conxo, el único edificio imperturbable al paso del tiempo en un lugar que perdió su independencia y buena parte de su territorio para convertirse en un barrio en las afueras de Santiago, partido en dos por el periférico y por la vía del tren. Fue hace 92 años, los mismos que hoy cumple Manuel: «Nacín o día de Noiteboa de 1925, cando Conxo pasou a ser de Santiago». Lo certifica mostrando su carné de identidad a la puerta de la iglesia, poco antes de irse a tomar un vino con los parroquianos.

Conxo perdió su independencia, pero no su personalidad, y Manuel Barral es buena prueba de ello. Él, y un par de vecinos más que en su partida de nacimiento figuran como oriundos del Concello de Conxo, un ayuntamiento que se extendía hasta lo que hoy es el Ensanche compostelano. «Aínda quedan dous ou tres que naceron canda min, pero este ano un xa non sae da casa, o outro si, ás veces véxoo tamén na igrexa».

Nació a un tiro de piedra del edificio monacal en el que, en el año 1885, se inauguró el entonces llamado manicomio de Conxo, y nunca cambió de hogar. «Sempre vivín na mesma casa da Fervenza, ao lado do campo de fútbol, alí casei e naceron os dous fillos que teño; agora tamén teño dous netos, nada máis». Y fue testigo de cómo el progreso y el ladrillo que se ensanchaba desde Santiago iban modificando el lugar. «Cando eu era pequeno a vida era unha miseria; sen luz, sen auga, había que ir co caldeiro á fonte... Algo melloramos, si», admite de camino a la taberna.

Para sobrevivir en aquellos terribles años de posguerra, Manuel se hizo carpintero, y esa noble profesión le permitió sacar adelante a su familia. Más tarde fue tornero, ebanista y explorador de todos los oficios relacionados con la madera. «E agora fago gaitas galegas», que es una buena manera de ponerle colofón al currículo.

Pero también fue testigo de la trágica vida de los enfermos del sanatorio, en unos tiempos en los que no había ni qué comer para los cuerdos. Manuel Ramos, doce años más joven que el último independiente de Conxo, vivió siempre al otro lado del muro del psiquiátrico: «O manicomio dou moito traballo aos veciños; agora os pacientes están moito mellor, pero antes, saltaban a muralla e matábanse, aparecían tirados por aí».

Y Manuel Barral recuerda que a los parroquianos de entonces les daban en el sanatorio cinco pesetas si devolvían a los internos que se escapaban. «E cinco pesetas daquela eran cartos...». El progreso y los avances médicos transformaron por completo el lugar y las generaciones más jóvenes ya no están marcadas por esas escenas que repiten los mayores, pero que fueron ciertas lo atestigua una exposición de la fotógrafa catalana Anna Turbau que pudo entrar hace décadas en el recinto y ahora lo muestra en una exposición en el Colexio de Fonseca.

Conxo nunca llevó bien la anexión a Santiago, ni la invasión del ladrillo, ni que pocos recuerden que desde este concello partió, con destino a Carril, el primer tren gallego, ni que se obvie que fue cuna de Rosalía de Castro. De la poetisa y de Ramón Barral, que asegura que cuando dentro de siete años se celebre el centenario de tal acontecimiento histórico, él estará allí, dando fe viva de que, hace un siglo, Conxo no rendía cuentas en Raxoi.

ORGULLOSOS DE 90 AÑOS DE HISTORIA

Conxo se constituyó como ayuntamiento bajo el real decreto de julio de 1835 que reguló los nuevos municipios. Abarcaba las parroquias de Conxo, Villestro, Figueiras, Laraño, O Eixo, Aríns, Marrozos y Bando. Llegó a tener 15.000 habitantes. Entre sus hitos históricos, se enorgullece de haber sido la cuna, en Cornes, de Rosalía de Castro (1837); acogido el Banquete de Conxo (1856); y dado inicio, en la estación de Cornes, a la primera línea férrea de Galicia (1873). Conxo fue anexionado por Santiago en 1925.