«Del cabildo salieron 146 obispos, ha sido un modo de propaganda único»

De Diego Gelmírez a Leonardo Lemos, actual responsable de la diócesis de Ourense. En nueve siglos han sido 146 los obispos que fueron designados de entre los miembros del cabildo compostelano, algunos de los cuales llegaron a ser cardenales o alcanzaron las más altas distinciones eclesiásticas. «Son muchos», asegura Carlos García Cortés, profesor emérito del Instituto Teológico Compostelano que ayer presentó el libro Obispos y deanes del cabildo de Santiago (siglos XI-XXI), que recoge la biografía de todos ellos, así como de los 75 deanes que estuvieron al frente del órgano eclesial.

La génesis del libro fue hace un año cuando recibió el encargo de hacer un decanologio. Cuando repasaba las biografías de los deanes se encontró una gran cantidad de obispos que salieron de las filas del cabildo compostelano. «Quedé asombrado de que una diócesis en el Finisterrae fuera capaz de sacar 146 obispos, no sé si la primada de Toledo sería capaz», explicó Carlos García Cortés durante la presentación del trabajo, en el que estuvo acompañado por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, y por el director de la Fundación Catedral, Daniel Lorenzo. El autor -un historiador «por afición, porque nunca he estudiado historia»-, precisó que no es posible realizar comparaciones al no poseer Toledo un trabajo análogo.

Entre la extensa listas de obispos y cardenales, hay nombres significativos. El primero, el propio Diego Gelmírez, «el fundador de un nuevo estilo de Catedral y de un nuevo estilo de cabildo». Otro nombre destacado es Pedro Pacheco Ladrón de Guevara, cardenal y padre conciliar del Concilio de Trento. «Por los pelos no fue nombrado papa, Pío IV le ganó por dos votos», manifestó. También citó a los Fonsecas -solo el segundo no fue miembro del cabildo- y a Francisco de Aguiar y Seijas, que llegó a ser rector de la USC y que aseguraban que se desnudaba por los pobres. Fue nombrado arzobispo de México y se inició el proceso de canonización. «Habría que ponerse en contacto con México para que retomasen este expediente», aseguró García Cortés.

¿Pero a qué obedece este gran número de obispos que salieron del cabildo compostelano? «A que el santuario de Santiago tenía una gran categoría, los que estamos aquí no lo valoramos; pasa como con el Camino, que como estamos en la meta ya lo damos como algo adquirido. Santiago es una ciudad que luce fuera, Barcelona o Madrid no tienen esta historia», precisó el profesor tras la presentación. Tal era la importancia del cabildo que algunos miembros de la curia romana querían ser canónigos de Santiago. «Debía ser una buena prebenda, lo que quiere decir la alta valía del cabildo a nivel universal», afirmó.

García Cortés también se refirió al efecto de estos nombramientos a lo largo de la historia. «Estos 146 obispos han llevado el nombre de Santiago por España, a América, a Italia..., por lo tanto, universal. Ha sido un modo de propaganda único, porque un obispo sale de aquí y va a otra diócesis y va a ser un defensor del apóstol Santiago», aseguró.

En cuanto a los deanes compostelanos, el autor también dio datos: el más longevo, Andrés Acuña, que estuvo 54 años, seguido por Portela Pazos, con 46 años. El más breve, Antonio de Borja, solo cuatro meses.

Por su parte, el arzobispo Julián Barrio destacó que el libro de Carlos García Cortés pone en relieve el significado de la archidiócesis «y lo que tiene que seguir significando». Daniel Lorenzo incidió en el «rigor y conocimiento» detrás de este trabajo, «una aportación para la historia».

El autor. Carlos García Cortés es sacerdote y profesor emérito del Instituto Teológico. Cuenta con varias publicaciones.

El libro. Recoge la biografía de los 146 obispos que salieron del cabildo y de los 75 deanes desde el siglo XI. De los 82 arzobispos compostelanos, 22 proceden de sus filas.

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