Ir al Gaiás

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO CIUDAD

17 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El esfuerzo que realiza la Xunta para cubrir los grandes vacíos de la Cidade da Cultura tras descartar los proyectados macroedificios del Teatro de Galicia y del Centro de Arte Internacional está a la altura de las dimensiones megalómanas del complejo que ideó Fraga hace dos décadas: llenar de vida enormes espacios desolados con oferta verde no es fácil, más todavía cuando están desconectados del casco urbano y este ya va sobrado de parques. El Xardín do Teatro es un buen intento, como también lo es el gigantesco Bosque de Galicia, el imaginativo Parque da Balea o el Parque do Lago. Hectáreas y más hectáreas de zona verde cuyos costes de mantenimiento son inaceptables en función del número de personas que los disfrutan: pura ruina. ¿Qué hay que hacer entonces? ¿Dejar en el Gaiás los enormes buratos de los edificios que iban a ser y no fueron? ¿No hacer nada? Claro que no. La Xunta aplica soluciones, en este caso verdes y de agua con diferentes opciones de disfrute, a bajo coste de ejecución. Pero este esfuerzo no valdrá de nada si no logra atraer visitantes al Gaiás. En primer lugar, a los vecinos de Santiago, que siguen sin verlo como propio; y, en segundo, a todos los gallegos que puedan dejarse caer por allí atraídos por las actividades culturales y espectáculos que van arraigando en su programa. El acceso directo desde la AP-9 que arrancará en breve será clave, pero el Gaiás pide a gritos soluciones imaginativas de accesibilidad urbana, además de un buen servicio de bus. Aquella propuesta de teleférico fue interesante, aunque erró su trayectoria a través de Belvís. ¿Por qué no estudiar su viabilidad desde, por ejemplo, la futura área intermodal del Hórreo?