El año de Alba Galocha

M.V.

SANTIAGO CIUDAD

La gallega, que acaba de ser nominada a los IX Premios Mujer, amplía horizontes: su trabajo en «La Zona» confirma que su expedición cinematográfica es algo más que un simple coqueteo con las cámaras

13 dic 2017 . Actualizado a las 17:57 h.

Si algo nos queda claro de este 2017 con respecto a Alba Galocha es que la compostelana no es una modelo más metida a actriz. Que su idilio con el séptimo arte no era un simple tonteo producto del aburrimiento, que la chica tiene madera y que, con cuatro películas ya en su currículum y una serie en marcha, atraviesa hoy uno de sus mejores momentos profesionales. Con 27 años y más de diez ya de tablas en el mundo de la moda, Galocha ha decidido aparcar por un rato largo las sesiones de fotos y las pasarelas, y centrarse en dar vida a otras mujeres.

Debutó como Beatriz, sobrina de Paco Paesa, en El hombre de las mil caras. Luego fue Lu, la resuelta hermana pequeña de Sara (Verónica Echegui) en No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas. En Plan de fuga la gallega se puso en la piel de Helena, stripper y prostituta de la mafia, y en Si tu voyais son coeur, en la de María, compartiendo créditos y planos con Gael García Bernal. De las grandes salas de cine saltó este otoño a los hogares españoles como Zoe Montero. Fuerte, luchadora y valiente, da vida a una de las supervivientes de la catástrofe nuclear de Nogales, adonde nos traslada cada semana La Zona, la nueva serie de Movistar+. Alba, además, acaba de ser nominada a los IX Premios Mujerhoy.

Arranca el thriller distópico de los hermanos Alberto y Jorge Sánchez-Cabezudo -responsables también de Crematorio- con una potente secuencia protagonizada por Galocha en la que se intuye que la también modelo no estará solo de paso en esta gran apuesta de la ficción española. Corre, saquea casas abandonadas, trafica con mercancía contaminada. No confía en nadie. «No sabía si sería capaz, pero no dejé de intentarlo -reconoce sobre el trueque pasarela-set de rodaje-. El miedo no sirve más que para ponerte trabas».

«Llevaba tiempo dándole vueltas a la interpretación, y después de estar dos años en París, el segundo fue como: 'Vale, quiero cambiar esto'», contó el año pasado a La Voz, con tres títulos ya en la manga. «La historia fue esa, que me vine a Madrid y le dije a mi booker: 'Quiero tomarme la interpretación en serio. Hablé con mi representante, me mandó a unas pruebas de cásting a Plan de fuga, allí me dijeron que si quería me probaban para otra peli, porque tenían reunión por la tarde. Me dieron las separatas de El hombre de las mil caras, hice el cásting en diez minutos y a los dos días me llamaron: que estaba en la película. Y a la semana, que estaba en la otra. Fue muy rápido, en mi primer cásting ya tenía dos películas».

Un año más tarde acumula otra cinta más y la citada serie. Reconoce ya que si por una de sus dos facetas siente especial debilidad es por la de la actriz. La moda le enseña, la interpretación le aporta. Le educa como persona. Le hace evolucionar.