Medicina valora en positivo y con ilusión el primer diseño de la nueva facultad

joel gómez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

SANDRA ALONSO

Hasta el viernes su personal pudo hacer aportaciones para proponer cambios, tras reuniones con el equipo técnico

26 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El viernes finalizó el plazo para que el personal de Medicina y Odontología, y Enfermería, hiciese aportaciones sobre la nueva sede de la facultad, en A Choupana. Se da así otro paso, tras conocerse el 19 de octubre que los presupuestos de la Xunta del 2018 consignan 5,5 millones de euros para avanzar en la redacción del proyecto y en la necesaria ampliación del Hospital Clínico para que pueda prosperar, tal como se ha anunciado.

El 6 de noviembre, por la tarde, la junta de facultad de Medicina y Odontología estudió el tema. Y en día 14 se celebraron reuniones, entre las 8.30 y las 19.00 horas, en las que todo su personal pudo opinar, y preguntar al equipo técnico al que se le encomendó redactar el proyecto arquitectónico. Desde entonces tuvieron de plazo hasta anteayer para presentar aportaciones. «Han sido unas reuniones muy agradables y se hicieron muchas propuestas razonables. Se ve una enorme ilusión en poder contar en pocos años con una sede mejor y más cómoda», explica el decano de Medicina y Odontología, Julián Álvarez Escudero.

Es así, reconocen varios docentes del centro, porque por vez primera se vieron planos. La intención de edificar una nueva facultad, con Enfermería, data de finales del siglo pasado. Pero hasta hace pocos años se pensaba que aquella idea de un campus de ciencias de la salud no estaba próxima, y aún existen escepticismos: «Hay quien piensa que un nuevo edificio va a tardar muchos años, y creo que podrá estar en la próxima legislatura si todo va según lo previsto, pues se pretende agilizar la construcción con piezas ensambladas», afirma Juan Gestal, exdecano de Medicina y Odontología, a quien el viernes el rector le entregará la insignia de oro de la USC, la máxima distinción que concede a un docente. Entre los méritos para otorgársela están precisamente sus gestiones durante años para alcanzar el nuevo centro.

Otro exdecano, José María Martinón, admite que ve «una enorme ilusión en la mudanza para A Choupana, y entiendo que se quiera cambiar, pero da pena dejar un espacio tan bien situado como el actual después de tantos años», indica.

La mayoría valoran que el cambio será positivo y facilitará su labor. Un amplio grupo de docentes compagina clases y asistencia en el hospital. Además de ir para un edificio más moderno y adaptado a sus necesidades, ahora les resulta difícil desplazarse -ni siquiera hay un autobús que una San Francisco y A Choupana- y aparcar en muchas ocasiones.

El rectorado y el equipo de infraestructuras de la USC declinan manifestarse sobre este asunto hasta que se avance más, con la redacción del proyecto de las nuevas facultades.

Las sugerencias buscan una mayor funcionalidad y se quiere comunicar todos los centros

 

 

Las sugerencias realizadas los últimos días buscan una mayor funcionalidad, y se quiere comunicar Medicina y Odontología con Enfermería, pues compartirán servicios como la biblioteca, cafetería o comedor. Enfermería se prevé que ocupe el actual pabellón docente Novoa Santos. Y Medicina y Odontología irán en el Hospital Gil Casares, con la fachada de Medicina enfrentada a la del Clínico. Si se respeta la programación avanzada, a principios de 2018 se conocerá el proyecto básico, que facilitará conocer el coste; y en el verano próximo el proyecto de ejecución, que permitiría incluir la obra ya en los presupuestos del 2019.

Se propone contemplar singularidades, sobre todo en Odontología, que se situará en el ala izquierda del nuevo edificio, más próxima a la avenida de Barcelona, según la información que se mostró. O en Anatomía y Medicina Legal, que deben reunir condiciones además para trabajar con cadáveres: Anatomía, los cuerpos donados para que se aprovechen para formación; y Medicina Legal para estudios de autopsias. En principio se prevé que tengan espacios para esas tareas en la planta menos dos, que será toda subterránea. En la menos uno habrá una zona con luz natural. Se prevé asimismo una amplia zona para estacionar vehículos.

En el actual edificio del Gil Casares se pretende prescindir de la zona añadida, más próxima al Clínico. El resto, que tiene una forma de H, con un brazo, se reformará y se prevén ahora mismo tres destinos: en la parte alta, dependencias administrativas y para el decanato de Medicina y Odontología; y en la baja, dos museos, el de Anestesia y el de Medicina y Odontología. El vaciado del Gil Casares podría ser al final del proceso, cuando sus servicios pasarían para espacios que se habiliten en el Clínico.