La misa del peregrino se trasladará por primera vez a otro templo

R. M. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

Las obras obligarán a celebrar la del mediodía en San Francisco en parte del 2018

17 nov 2017 . Actualizado a las 17:46 h.

La Catedral intensificará el próximo año las obras de rehabilitación en las que está inmersa y que supondrán la inversión todavía de 15 millones de euros hasta el 2021, el tope temporal para la ejecución de un programa que hasta el momento, y desde el 2013, ha requerido una inversión de 9,2 millones. Se trata de que la basílica esté «en perfecto estado de revista» para el año santo, según el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, quien ayer presentó el alcance de las nuevas actuaciones junto con la directora xeral de Cultura, Carmen Martínez, y el presidente de la Fundación Catedral, Daniel Lorenzo.

Si hasta ahora el gran inconveniente de las obras para los propios compostelanos, pero sobre todo para turistas y peregrinos, se localizó en la fachada del Obradoiro -y antes en el pórtico de la Gloria con la intervención financiada por la Fundación Barrié-, en adelante afectarán directamente a las actividades de culto y al funcionamiento del botafumeiro. Porque si bien buena parte de los trabajos se centrarán en elementos exteriores, especialmente las cubiertas, también serán importantes los del interior de la basílica, que obligarán a restringir el culto durante parte del 2018. De hecho, la misa del peregrino de las 12.00 deberá trasladarse a San Francisco cuando las obras lo hagan necesario.

No será la primera vez que esa eucaristía en concreto salga de la Catedral. Lo hizo en ocasiones puntuales de gran afluencia en citas jubilares posteriores a 1982 -la denominación de misa del peregrino se acuñó con aquel año santo en que Juan Pablo II visitó la ciudad-, aunque siempre en espacios abiertos, como A Quintana, Obradoiro y Monte do Gozo. Pero sí será la primera vez que se celebre en otro templo. Y San Francisco parece idóneo: al lado de la Catedral y amplio aforo, aunque también se prevé que San Martiño Pinario se abra puntualmente para celebraciones especiales durante ese período.

Acceso a la cripta

Cuando las obras lleguen a esa fase de afectación, el culto matutino en días laborales se interrumpirá totalmente. No así el de la tarde y fines de semana, que se mantendrán y que también incluyen misas del peregrino, si bien popularmente se cree que esta es específicamente la del mediodía. Igualmente se mantendrá, salvo momentos muy puntuales, el acceso para el abrazo al Apóstol y a la cripta. La rehabilitación afectará también a la actividad del botafumeiro. Cuando los trabajos alcancen al transepto, el gran incensario ya no podrá balancearse.

La Catedral no ha adelantado aún a qué altura del año llegarán estos inconvenientes, pero los anunciará con antelación. De hecho creará un boletín electrónico a través del que divulgará las novedades relacionadas con el proceso de restauración y conservación de la basílica, así como las restricciones que conllevarán y el programa de difusión cultural Descubriendo la Catedral que, con exposiciones y visitas, dará a conocer el alcance no solo de esta intervención sino también del patrimonio que ha sacado a la luz. Este fin de semana ya comenzarán visitas guiadas para escolares y público en general.

Salvo las de los tejados, que también se anularán por un tiempo por las obras, las demás visitas dispondrán incluso de más margen cuando se traslade temporalmente la misa del peregrino de mediodía a San Francisco. Pese al importante reto rehabilitador de los dos próximos años, se trata de que la Catedral permanezca abierta en todo momento, destacó Lorenzo, quien confirmó que la fachada del Obradoiro quedará libre de andamios en marzo.

Las obras hasta el 2020 se enfocarán a las cubiertas y al interior de la basílica

Tras actuar ya sobre la torre del Reloj, la fachada de Acibechería, el pórtico Real, las cubiertas del pórtico de la Gloria, las torres de la fachada del Obradoiro y el cimborrio, el programa rehabilitador puesto en marcha con el plan director del templo afrontará ahora actuaciones en la práctica totalidad de las cubiertas de la basílica, en la fachada oriental del claustro y la torre del Tesoro y en los paramentos y bóvedas de la nave central y el transepto, así como en la capilla del Cristo de Burgos, según expuso la directora xeral de Patrimonio. Hasta ahí alcanzan las obras que arrancarán en el 2018.

Para el 2019 y 2020 se prevé todavía intervenir en el baldaquino, las rejas y pinturas del altar mayor y los paramentos y bóvedas de la girola. Y con técnicas constructivas avanzadas en aquellos casos en los que la intervención busque la impermeabilización de estructuras. La intervención de mayor coste en este tramo será la renovación de cubiertas de la nave principal y el crucero, con más de dos millones.