Los forenses ratifican que la puñalaba que recibió un joven en Vedra tras una discusión pudo matarle

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO

SANTIAGO CIUDAD

Sandra Alonso

El acusado niega la agresión, pero no explica cómo se hirió tan gravemente la víctima

17 nov 2017 . Actualizado a las 17:46 h.

La sección compostelana de la Audiencia Provincial celebró el juicio contra Gabriel Barreiro González, un joven de Vedra que está acusado de homicidio en grado de tentativa por asestar presuntamente una puñalada en el costado izquierdo a otro joven de la localidad, Rubén Regueira López, que estuvo a punto de costarle la vida.

Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) que testificaron como peritos confirmaron que la puñalada pudo ser mortal, argumento que hace que la Fiscalía califique el delito como tentativa de homicidio y no como lesiones agravadas. Los médicos relataron que la víctima padeció neumotórax y hemotórax, y que el cuchillo entró entre seis y ocho centímetros en su cuerpo causándole lesión pulmonar, atravesando el diafragma, perforando el estómago y llegando incluso a pinchar el intestino grueso. Tuvo un «riesgo vital muy importante» que quedó bien patente en la expresión del facultativo: «El herido ha tenido muchísima suerte porque por poco está vivo».

Los hechos se remontan al 15 de diciembre del 2012, cuando Gabriel Barreiro se encontraba con su hermano gemelo Samuel en el bar A Dorna de Trobe, en Vedra, en compañía de dos chicas con las que en aquel tiempo salían. Según el dueño del local, que ayer también testificó, los jóvenes habían bebido varias copas «y quizás otras cosas», explicó, porque estaban «eufóricos». Afirmó que fue tal el jaleo que organizaron, que optó por echarles, pero que al salir causaron destrozos.

Eran, más o menos, las 2.30 horas de la madrugada y al poco de marcharse los hermanos gemelos y las chicas entraron en el local Rubén Regueira y un amigo, que al ver todo revuelto preguntaron al dueño del bar y les explicó quiénes habían provocado el desorden. Según testificó la víctima, como sus otros amigos no habían llegado aún, decidieron ir a Lestrobe para sacar dinero en un cajero y echar gasolina después, dado que el coche había entrado en reserva.

Por el camino, según Rubén Regueira y su amigo, que también declaró ante el tribunal, se encontraron a los dos hermanos y el primero quiso bajarse para hablar con ellos y recriminarles lo que habían hecho. Los conocía porque fueron al mismo colegio y porque también coincidieron en un equipo de fútbol. Cuando se les acercó, tuvo una disputa verbal y un forcejeo con Samuel ante el que, según su versión, Gabriel entró en su casa, que estaba muy cerca, salió y sin mediar palabra le asestó la puñalada.

La versión del acusado es radicalmente opuesta, pero incompleta y no ofrece una explicación alternativa a un hecho cierto: que Rubén Regueira fue apuñalado de gravedad y que casi pierde la vida. Según Gabriel Barreiro, fueron él y su hermano los agredidos y el denunciante les habría propinado fuertes patadas y puñetazos que, sin embargo, no dejaron lesión alguna en sus cuerpos salvó un corte en una mano de Samuel que la Fiscalía considera que le pudo causar su propio hermano al blandir el cuchillo.

La Fiscalía mantiene la petición de ocho años de prisión para Gabriel Barreiro y de dos para su padre, Ramón Barreiro, que está acusado de amenazas porque cuando vio la trifulca salió a la calle, según las acusaciones, armado con un hacha y diciendo que iba a matar al joven agredido. La petición de penas coincide con la de la acusación particular, aunque difieren en la responsabilidad civil, que para el ministerio público debe de ser de 6.000 euros y para la representación del perjudicado de 16.000.

La defensa, por su parte, negó todos los hechos y señaló a los acusados como las verdaderas víctimas del incidente, por lo que solicita su libre absolución. En cuanto a que no explicasen cómo fue apuñalado Rubén Regueira, el letrado señaló que construir ese relato corresponde únicamente a la acusación.