Romaño abre las puertas de un centro cívico moderno, versátil y luminoso

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

CEDIDA

El edificio, que hoy estrena actividades, fue premiado en la Bienal de Bakú

09 nov 2017 . Actualizado a las 14:53 h.

Se hizo esperar por problemas constructivos que incluso provocaron la apertura de un expediente sancionador a la empresa responsable, pero ayer por fin abrió sus puertas el centro cívico de Romaño, un espacio versátil, moderno y luminoso que pone 950 metros cuadrados a disposición de sus vecinos. La satisfacción se reflejaba claramente en los rostros de Juan Pena, presidente de la asociación de vecinos del barrio, y de los usuarios más activos que esperaban impacientes a que hoy mismo empezaran los cursos de baileterapia, pilates y cocina saludable, tal y como informó ayer la concejala Concha Fernández, que por la mañana acompañó a los verdaderos protagonistas de la jornada, «la veciñanza» y el arquitecto Gonzalo Alonso, que junto con Elizabeth Abalo, del estudio Abalo Alonso, fueron los autores del proyecto . Todos ellos tenían previsto acudir por la tarde a la inauguración oficial junto con el alcalde, Martiño Noriega.

Gonzalo Alonso los guio en un recorrido por unas instalaciones de las que el propio arquitecto destacó su versatilidad, porque si bien el edificio consta de una gran sala de usos múltiples, sala de informática, biblioteca, cocina y despachos, lo cierto es que todos los espacios son adaptables al uso que los vecinos quieran darle; sirva como ejemplo el propio vestíbulo, válido para reuniones, representaciones teatrales o cualquier iniciativa que surja con el paso del tiempo. Porque si bien ahora abrirá sus puertas de cinco a siete de la tarde para las actividades ya programadas, Concha Fernández avanzó que se espera que sea a principios del próximo año cuando el centro esté a pleno rendimiento. La concejala cedió protagonismo a los vecinos que llevaban años luchando por este servicio y el arquitecto subrayó que su único objetivo fue «conseguir un edificio compacto, luminoso e cómodo para a veciñanza». Era una infraestructura tan esperada que Juan Pena, que pronto dejará la presidencia, reconoció que retrasó su marcha para ser testigo de la apertura del centro.

«Ningún premio ilusiona más que ver a los vecinos satisfechos»

Elizabeth Abalo y Gonzalo Alonso abrieron su estudio en Santiago hace veinte años, y pese a la crisis, nunca dejaron de trabajar ni de recibir premios. «Creo que hemos recibido más de un reconocimiento por cada uno de los trabajos hechos», calcula la arquitecta. Más de medio centenar de galardones por toda una carrera basada en el esfuerzo y la dedicación a los que recientemente se sumó el primer premio en el apartado de obra pública de la tercera edición de la Bienal de Arquitectura de Bakú, en Azerbaiyán, por el centro cívico de Romaño. «Pero ninguno ilusiona más que ver a los vecinos satisfechos con el edificio», asegura Abalo. Y los de Romaño lo están.