Numerosas escaleras, aceras rotas, suciedad y pintadas ofrecen un aspecto degradado del Campus Norte

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

La zona universitaria está totalmente integrada en la ciudad, y lo peor son las grandes barreras arquitectónicas

07 nov 2017 . Actualizado a las 11:51 h.

Cuando se le plantea a cualquier persona que ubique la USC, la primera imagen suele ser la de una facultad o rincón del Campus Vida, y quizá los más nostálgicos se trasladen a la Praza da Universidade, en el casco monumental, donde comenzó todo. Pocos pensarán en el Campus Norte, y sin embargo, existe. Si el Campus Vida necesita recursos para corregir los innumerables desperfectos acumulados tras años sin mantenimiento, el Campus Norte también requiere de un plan integral de actuaciones.

Lo peor, sin ninguna duda, son las incompresibles barreras arquitectónicas en la urbanización de un campus moderno. Las escaleras fueron la solución planteada por los arquitectos de la época para superar la pendiente entre las residencias del Burgo das Nacións y las facultades de Filoloxía y de Ciencias da Comunicación. Unas escaleras que, por cierto, tienen muchos peldaños rotos o sueltos, y en las que, en su mayoría, faltan barandillas que sirvan de apoyo. Otro de los problemas de las escaleras, y de las zonas de paseo rodeado de árboles, es la presencia de gran cantidad de hojas caídas, que debido a la lluvia convierten el suelo en un espacio resbaladizo y, por tanto, peligroso.

La falta de un plan de mantenimiento dejó su huella también en las aceras y zonas de paso entre las facultades y la residencia universitaria, así como en el entorno de la Facultade de Económicas. Desde la prohibición de circulación en el último tramo de la avenida de Xoán XXIII, la calle de Vista Alegre hacia la rúa Ricardo Carvalho Calero (en ambos sentidos) ha visto incrementado su tráfico, y con ello se han hecho más visibles los desperfectos en la calzada de hormigón. El incremento del tráfico se ha convertido también en un problema de seguridad, ya que el tramo de la rúa de Vista Alegre que pasa por debajo de las residencias carece de aceras. Esto, que antes era un problema menor al registrarse escaso tráfico, ha pasado a convertirse en un problema de seguridad viaria. Los coches no solo son muchos más, sino que también circulan a una velocidad inadecuada para la zona universitaria.

Por otro lado, los grafitis y las pintadas antiguas ofrecen un aspecto degradado de los edificios universitarios. Los servicios de limpieza deberían esforzarse en retirar los anuncios de ofertas de pisos de alquiler y de clases de todo tipo de materias pegados en las farolas, o quizás podrían hacerlo aquellos que los colocaron, aunque por la pinta de los papeles puede que sus autores incluso hayan terminado sus estudios.