Anna Turbau: «No publiqué las fotos del Psiquiátrico de Conxo por respeto a aquellas mujeres»

La Voz

SANTIAGO CIUDAD

SANDRA ALONSO

La muestra de la fotógrafa catalana incluye apartados con Santiago como protagonista

31 oct 2017 . Actualizado a las 04:50 h.

De 11 a 14 horas y de 17.30 a 20.30 • Sala de Exposicións del Colexio de Fonseca • Miradas que penetran, manos que parecen hablar. De la soledad de Os Ancares hasta la lucha contra la construcción de la Autopista do Atlántico o la reivindicación del naval. Es la Galicia de finales de los 70, esa que la fotógrafa catalana Anna Turbau retrató y que puede verse hasta el 10 de diciembre en el Colexio de Fonseca en la exposición A intimidade da imaxe, impulsada por el Consello da Cultura Galega. Un centenar de fotografías que ofrecen una estampa muy poco habitual de aquella Galicia y en las que Santiago también está muy presente. El Psiquiátrico de Conxo o una fiesta en el restaurante El Asesino son algunas de las series compostelanas que conforman la exposición, aunque también hay un epílogo de siete instantáneas de una muestra que la Universidade de Santiago realizó en 1993 bajo el título Santiago, pequeña historia natural.

El impacto del Psiquiátrico

Imágenes de la serie del Psiquiátrico de Conxo, que realizó en 1977, es la primera vez que se pueden ver en una muestra. «Hay fotos que nunca las había expuesto antes», explica Anna Turbau. Era un lugar al que nadie accedía y la fotógrafa catalana lo consiguió a través de un psiquiatra. Solo estuvo una hora, hasta que el médico la avisó de que tenían que marcharse. «Para mí era un trabajo que tenía que hacer y después estuve machacada durante mucho tiempo por lo que vi», recuerda. Tal fue el impacto que decidió que las fotos no se publicarían. «No por mí, sino por respeto a esas mujeres. Me conmovieron muchísimo las condiciones de una niña, que clamaban al cielo; creo que vi a varias chicas embarazadas… Además, era por no comprometer al psiquiatra», añade. Turbau asegura que si ahora las muestra es «porque este es otro contexto, las fotos ya tienen entidad propia. Ahora sí se pueden hacer públicas porque habrá la capacidad de entender lo que estaba pasando ahí dentro».

Pero junto a esas imágenes de fuerte impacto hay otras que recogen momentos alegres, como la de la fiesta del centenario del restaurante El Asesino. «Yo cobraba poquísimo y tenía que pagar el coche, la casa… Entonces, las viejecitas de El Asesino me mantenían. Me cogieron mucho cariño y yo a ellas, era como su hija adoptiva». Así, cuando llegó la fiesta del centenario, que fue a puerta cerrada, no dudó en sacar su cámara para inmortalizarla. «No olvidaré ese momento de verlas bailar. Son historias personales, pero también son parte de la historia de Galicia». Así, Anna Turbau recuerda como se preocupaba por ella Maruja, de El Asesino, cuando veía su estado de ánimo decaído. «Son cosas que no olvido».

También tiene nítidos en su memoria, cuatro décadas después, esos encuentros en el Derby con otros periodistas, o cuando estando en Santiago la llamaron con urgencia para acudir a Cartelle, donde las obras de la autopista llevaban ocho meses paradas por los vecinos. «No había móviles, pero teníamos una capacidad de comunicación increíble», dice.

Cercanía y sentimiento

Una exposición en la que se puede ver el punto de vista desde el que trabaja: «Me define mucho que trabajo en cercanía y en sentimiento. Cristina García Rodero y yo estuvimos en la misma época, pero trabajamos de manera diferente. Cristina buscaba la magia de ese momento cuando en las fiestas se pierde el punto de realidad, en cambio, yo busco el sufrimiento, ese silencio de las mujeres». Unas mujeres que, según apunta, con el tiempo se dio cuenta que para ella eran una figura principal. «Fui descubriendo la realidad en la que las mujeres vivían a finales de los 70, por lo tanto, hubiese sido por mi parte poco sensible si no les hubiese dedicado parte de mi trabajo», añade. La mayoría iban de negro, y eso le impactó muchísimo. Tanto que las bautizó como «las damas de negro y toda Galicia estaba llena de damas de negro. La mayoría eran muy mayores y cuando podías hablar con ellas, los panoramas que te explicaban eran realmente duros».

La exposición, comisariada por Margarita Ledo, no será la única oportunidad de ver las imágenes de Turbau. El Consello da Cultura Galega editará un catálogo con medio millar de imágenes de las más de 12.000 que conforman el archivo que la fotoperiodista cedió a la institución: 9.000 son de la década de los 70 y unas 3.000 de la serie de los 90. «Yo con esto cierro una puerta en mi vida y la quiero cerrar bien cerrada, para eso hicimos un convenio con el Consello da Cultura Galega, para que todo esto se quede aquí, se cuide y Galicia pueda disfrutar de ello», concluye.