Geógrafos de la USC evidencian los efectos del cambio climático en Galicia

La Voz

SANTIAGO CIUDAD

Buen tiempo en Santiago en pleno octubre
Buen tiempo en Santiago en pleno octubre SANDRA ALONSO

En Santiago, los días de verano se duplicaron desde 1950. Llegan antes, a mediados de abril. El otoño retrasa su aparición cada vez más

24 oct 2017 . Actualizado a las 21:39 h.

Este veraniego octubre da fe de que el otoño se resiste a llegar cada vez más a Galicia, una tendencia, acentuada en los últimos años, a la que han puesto ahora datos los geógrafos de la USC, Alberto Martí y Dominic Royé. Ambos investigadores han evidenciado los efectos del cambio climático en la comunidad a través del análisis de diversos indicadores climáticos y bioclimáticos.

Como ejemplo y referencia por su posición geográfica central, han tomado Santiago, localidad en la que se ha pasado de 33 días de verano en 1950 (entendidos como jornadas con temperaturas que alcanzan o superan los 25 graos), a más de 60 hoy en día. El avance, muy significativo, es de 5,2 días por cada década, lo que supone, que en Compostela el número de jornadas de verano se ha casi duplicado en menos de 70 años.

«Estes cambios percíbense tamén nas datas nas que se rexistran os primeiros e os últimos días de verán», explican Martí y Royé. Así, si en las décadas de los 50 y 60 Compostela disfrutaba de sus primeros días de calor a mediados de mayo, desde el año 2010 ya hay jornadas veraniegas en la segunda semana de abril. Un avance que se calcula a razón de 7,1 días por década desde los años 70.

El otoño, por el contrario, también retrasa su llegada e incluye muchos más días calurosos y menos fríos. Si hace casi 70 años, la media de las jornadas «estivales» en esta estación era de 15 días, en los últimos años esta cifra se ha elevado hasta los 20 o 25 días. 

Un cambio de tendencia que también se observa en las temperaturas mínimas y en el número de heladas sufridas, sobre todo, en las comarcas del interior de Galicia, donde su aparición se retrasó alrededor de 2,5 días por década. «Se nos anos 50 esas primeiras xeadas tiñan lugar normalmente a mediados de novembro, nos últimos anos non soen rexistrarse ata comezos de decembro», aclaran los investigadores del grupo Geobiomet, que integra especialistas en geografía y medicina y salud pública de las universidades de Santiago y Cantabria.  

Los geógrafos ponen el foco en que este cambio de las temperaturas hacia valores más altos tienen una repercusión directa en actividades económicas, como la agrogandera, la forestal o el turismo, en los recursos hídricos y en el riesgo de incendios, un peligro puesto de manifiesto este mismo octubre con la ola de incendios registrada los pasados días 14 y 15.