Las dificultades de paso de los bomberos obligaron a anular 49 plazas para coches en seis calles

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

JORGE PAMPIN

El servicio de extinción tenía problemas con los giros en algunas zonas del casco histórico y A Almáciga

18 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los bomberos han mejorado desde el 2016 su movilidad en media docena de calles del casco viejo y A Almáciga en las que su trazado y la organización del aparcamiento les dificultaban el paso, ya fuese en los giros o al circular en calzadas con anchos ajustados. La solución llegó con la eliminación de 49 plazas de estacionamiento después del estudio auspiciado por el Concello y realizado sobre el terreno por los propios bomberos, aunque la mejora alcanza a todos los servicios de emergencia. Si pasa el de extinción, que es el que requiere los vehículos más voluminosos, se garantiza la buena circulación de los demás.

La seguridad manda. La calle García Blanco fue la primera en adaptarse a las necesidades del servicio con la eliminación en marzo del pasado año de todas sus plazas: 18, todas de la ORA. Después llegarían Hospitalillo, Altamira y Atalaia, las otras rúas del casco viejo señaladas por un informe que en este caso obligó a prescindir de otras 11 plazas y a mover la localización de dos de carga y descarga en Hospitalillo.

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Era unha necesidade

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Ahí concluyeron las intervenciones en la zona histórica, pero las condiciones del barrio de A Almáciga obligaron a actuar también en las rúas Touro y Enfesta. En el primer caso con la anulación de 9 plazas en las proximidades del acceso al parque. En el segundo, con la de todos los espacios disponibles, once.

La estrechez de esta última calle y su notable pendiente hacían de la totalidad del estacionamiento un obstáculo para el paso, sin interrupciones con maniobras, de los vehículos de extinción de incendios. Hace años ya había habido un problema con una ambulancia «que quedara atascada», refiere el edil de Convivencia, Xan Duro. La pérdida de plazas en esa calle se compensó con la extensión de uso del área nocturna de residentes creada en Santa Clara. Según Duro, los vecinos aceptaron bien las limitaciones en el estacionamiento. No en vano se trataba de una cuestión de seguridad. «Detectouse unha necesidade e actuouse sobre ela. Entendérono perfectamente», señala.

Una emergencia en el 2016 puso en evidencia también las dificultades de giro de los bomberos para acceder a la calle Rianxo por los jardines instalados en la plaza Álvaro Cunqueiro, en el proceso de reurbanización del polígono residencial de Vista Alegre. En aquel caso se le puso remedio en el proceso de ejecución de las propias obras.