Requerimiento

Serafín Lorenzo A PIE DE OBRA

SANTIAGO CIUDAD

14 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

N o hay duda. Requerir es el verbo de moda. Como la película que nadie quiere perderse o ese estribillo que no te quitas de la cabeza, más pegajoso cuanto más cutre. Está ese otro requerimiento con forma de tablero de ajedrez en el que se dirime el futuro del país. Una cuestión de Estado. Y está el que formula Santiago para reclamar un patrimonio que es universal, pero que tiene en el Concello a su legítimo propietario. En el primero, el Gobierno de España interpela al de Cataluña. En el segundo, el Ayuntamiento emplaza a los Franco a devolver las estatuas de Abraham e Isaac, que la familia del dictador tiene en su poder sin ser suyas. Los dos comparten plazo: el próximo lunes. Pero, así como la cuestión catalana tiene un recorrido incierto, en la de las figuras de Mateo cabe poco debate.

El gobierno municipal ha hecho los deberes y está llevando el asunto con pulcritud. Apremia a la devolución de unas piezas que le pertenecen y lo hace poniendo por delante las escrituras que así lo acreditan. Rápido y limpio. Como estaba cantado, y salvo imprevisto de última hora, los interpelados de Raxoi han recibido el requerimiento como el que oye llover. En realidad, el caso ya nació con titular: El Concello de Santiago sentará a los Franco en el banquillo. Y su resolución también parece obvia, habida cuenta de que el consistorio prueba que lo que reclama le pertenece legalmente. Es una cuestión de propiedad. Como el que tiene un inmueble y de la noche a la mañana encuentra unos inquilinos dentro. Porque el derecho legítimo del propietario siempre prevalece sobre el capricho de quedarse con lo que no es de uno. Es valor de ley. Y la ley exige rigor. Mucho.