Cualidades curativas del único ginkgo centenario que sigue vivo

Susana Luaña Louzao
Susana Luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

SANDRA ALONSO

Activa la circulación y se investiga si previene el alzhéimer

11 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Con la tala de uno de los ginkgos centenarios que quedaban en el jardín de Fonseca, que no pudo sobrevivir a los efectos de un hongo devastador, ya solo queda un ejemplar con más de un siglo de vida en Santiago, el que compartió espacio universitario durante décadas con el árbol que ya es historia. Por supuesto, hay más ginkgos biloba en la ciudad, pero son mucho más recientes. Hace siglos se tenían que traer las semillas de China, país del que es originario el árbol, pero hoy en día es fácil encontrarlas en un invernadero. Los que crecieron juntos en Fonseca sobrevivieron al cierre del jardín botánico creado en ese lugar en 1845, cuando era rector Juan José Viñas y se creó la Facultade de Farmacia de Santiago, que se ubicó inicialmente en Fonseca. Su ampliación en los 60 redujo el jardín a su mínima expresión y las especies singulares fueron desapareciendo, menos los dos ginkgos biloba, que sobrevivieron a fenómenos como el huracán Hortensia, que devastó buena parte de la riqueza botánica del lugar.

El único ginkgo biloba centenario que queda en Santiago será cuidado con mimo; de hecho, se le va a aplicar un tratamiento preventivo para evitar que le pase lo mismo que a su compañera -este es macho, y la que fue talada el lunes, hembra-. El árbol, como recuerda el catedrático emérito de Farmacia Enrique Raviña, tiene propiedades curativas. «El extracto de la corteza de las raíces y la infusión de la hoja forma parte de la medicina tradicional china y está probado que mejora la actividad circulatoria. En Estados Unidos se comercializa, porque a mediados del siglo pasado se comprobó que mejoraba la condiciones cognitivas y se investigó si paliaba los efectos de la enfermedad del alzhéimer. Eso no está probado científicamente, pero se habla de esas propiedades y de que también es bueno para el colesterol».

Lo que no tiene discusión es que en otoño, sus hojas despliegan un abanico de ocres que son el principal reclamo para que cada vez se planten en más jardines.