El coste y la plantilla mantienen el parque de bomberos en vía muerta

El proyecto del parque comarcal de bomberos se ha estancado en el seno de las vías administrativas (Xunta y Diputación, que integran el Consorcio Provincial Contraincendios), que son las que tienen que llevar adelante la iniciativa. Raxoi les puso sobre la mesa el planteamiento de las futuras instalaciones mancomunadas con un objetivo de cobertura mínimamente eficiente reflejado en los parámetros técnicos. Pero en el Consorcio no se han dado mucha prisa, puesto que la idea lleva meses sobre el tapete.

Los representantes provinciales reconocieron que el aspecto económico está marcando el proceso de tramitación del parque, ya que los criterios del Concello de Santiago sobre la eficiencia del servicio requieren unos recursos que superan el tope provincial. En ese sentido, tienen más prisa los ayuntamientos beneficiarios, que reclaman las instalaciones «canto antes», que la propia Diputación provincial.

Otro escollo para el proceso está en la tasa de reposición, puesto que obstaculiza la dotación del personal necesario. El concejal Xan Duro ha mantenido reuniones con responsables de la Xunta y de la Diputación en las que les trasladó la necesidad de presionar para el cambio de la tasa, al menos en lo que concierne a las emergencias. La tesis de Raxoi es que la seguridad no puede estar limitada por la insuficiencia de recursos. En este punto, parece que el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, se ha movido en esa dirección.

La propuesta que presentó el Ayuntamiento compostelano, y que quedó en el aire «á espera de resposta», es la construcción de un parque comarcal atendido por 88 agentes. El Concello de Santiago aportaría 65, y el Consorcio, los 23 restantes. En el modelo típico de parque son 18, pero esa cifra resulta muy insuficiente para el área de Santiago. Con los 65 del Concello compostelano, Raxoi asume su compromiso de incrementar en 20 los 45 actuales. Y abonar sus nóminas.

Plus de comarcalización

El coste de esa plantilla de 88 agentes sería de 1,1 millones de euros al año. De ese monto, 227.500 euros corresponderían al plus de comarcalización que cobrarían los bomberos de Santiago (es decir, 3.500 euros por persona y año. Y esa fue una propuesta efectuada por el propio Consorcio) y a los 23 efectivos incorporados a mayores.

El coste del personal de los parques del Consorcio se eleva a más de 800.000 euros anuales. En ese sentido, el Ayuntamiento de Santiago entiende que ese presupuesto en el área de Compostela está más que justificado por las características del ámbito territorial y por su población.

Lo que no aceptó el Ayuntamiento santiagués es la propuesta del Consorcio de no aportar nuevos bomberos y recurrir al sistema de «compra de guardias». Se trataría de abonar horas extraordinarias a la plantilla de bomberos existente.

Un proyecto que los municipios de la comarca no tienen intención de sufragar

 

 

El proyecto presentado en el seno del Consorcio, a la espera de una decisión, asegura la disposición de tres equipos de cinco personas (y una más en centralita). Ese quinteto de efectivos responde a que la mayoría de protocolos de actuación en emergencias aluden a equipos de cinco agentes. Y son necesarios tres equipos operativos, porque es preciso atender emergencias simultáneas en la comarca, así como incidencias menores como limpieza de calzadas, caída de cascotes, rescate de animales, etcétera).

Un proyecto que contemple las necesidades propuestas tiene su coste, que deberá evaluar el Consorcio. Pero ese coste no va a ser asumido por los ayuntamientos comarcales que acompañan al de Santiago. Ni la Xunta ni la Diputación se plantearon la contribución de los concellos por ahora, ni estos tienen intención de hacerlo. ¿Que significa eso? Que al margen de los 65 trabajadores del Ayuntamiento compostelano, Xunta y Diputación tendrán que costear el servicio.

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