El Consorcio relega la reparación de los tejados de Raxoi y prioriza la fachada

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Ciñe al contrato de mantenimiento la mejora de la cubierta del edificio, que presenta un avanzado estado de deterioro

15 sep 2017 . Actualizado a las 08:17 h.

El Consorcio de Santiago viene desarrollando intervenciones específicas en el exterior del Pazo de Raxoi desde hace tres años, y a juzgar por el estado general del edificio los trabajos se prolongarán, al menos, durante tres años más. Uno de los elementos que sorprende por su avanzado deterioro es la cubierta del pazo que, si bien no es visible desde el Obradoiro, la realidad es que cuenta con centenares de tejas rotas, sueltas o fuera de su sitio, como muestra la imagen que acompaña esta información.

La cubierta del Pazo de Raxoi no es una extensión única, sino que está formada por pequeños tejados que se unen en pesebrones, que recogen las aguas para conducirlas hacia los canalones. Estos pesebrones están sellados con fibra de vidrio para evitar filtraciones. Alrededor de la cubierta hay un balaustrada, que sirve de barrera para impedir la caída de esas tejas sueltas o rotas a la calle. La uralita es el elemento que, según los técnicos, está evitando grandes filtraciones de agua al interior del inmueble.

Este grave deterioro, apunta José Allegue, arquitecto del Consorcio, es consecuencia de los fuegos del Apóstol y también del acceso de las fuerzas de seguridad que utilizan los tejados del Pazo de Raxoi para reforzar la seguridad en el Obradoiro en días concretos. Pese al lamentable estado de la cubierta, Allegue, responsable de la rehabilitación que el Consorcio ejecuta en el palacio, defiende como prioritario terminar la recuperación de las fachadas antes de intervenir en los tejados. Defiende que es fundamental afrontar el sellado, reposición de piedras, secado de las muros, y cambio de ventanas y rehabilitación de rejas.

Allegue apunta que, en las zonas donde se intervino, ha mejorado la salubridad de los despachos, al hacerlo la calidad del aire. Además, se ha reducido el consumo energético. Aunque señala que las humedades de los despachos sindicales y el archivo es consecuencia del estado de las fachadas y de la cubierta, el técnico argumenta que el contrato de mantenimiento del Concello para la conservación del pazo sería suficiente para abordar el sellado de la fibra de vidrio y corregir las goteras que puntualmente aparecen en el tejado. Estas obras permitirían ganar tiempo hasta la actuación definitiva.

Hasta ahora, el Consorcio reparó la fachada sur, y está actuando en la cara Oeste y en la terraza interior. Ambas intervenciones costaron 600.000 euros. La obra actual está a punto de finalizar, y en breve terminará para adjudicar la de las fachadas del patio interior, con una inversión de 300.000 euros. Las dos fases que quedarían pendientes son las de la cara Oeste (300.000 euros) y la del Obradoiro (400.000).

El plan director del inmueble, que está todavía en fase de redacción, determinará las acciones futuras

 

 

Todas las actuaciones que el Consorcio ha venido ejecutando en el Pazo de Raxoi forman parte de un plan de trabajo, pero no responden a las directrices del plan director. Esto es así, porque el palacio no está catalogado como BIC (Bien de Interés Cultural) y, por tanto, no es necesario ese plan para su rehabilitación. Pese a ello, el Consorcio contrató la redacción de un plan que debería estar terminado a mediados del próximo año.

En ese documento, explica Allegue, se deberá describir el edificio, inventariar todos los elementos del pazo, hacer diagnósticos de su estado, proponer acciones, valorar económicamente estas actuaciones y poner en valor el inmueble desde el punto de vista patrimonial.

En lo que se refiere a la cubierta, Allegue apunta que el plan director podría apuntar a una rehabilitación integral, en la que se debería actuar sobre el aislamiento térmico y, entre otras cuestiones, racionalizar el espacio para retirar elementos como cables y otras piezas inservibles.