Medicina perdió en 15 años el 54 % de docentes con plaza vinculada al Sergas

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

CEDIDA

Este curso se jubilan diez, de los que seis son catedráticos, y sus vacantes las cubrirá un «plan de choque» pactado con la Xunta

06 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los autores de las últimas investigaciones en el tratamiento del ictus, los gestores del actual modelo pediátrico, los responsables de los logros en cirugía ambulatoria y los directores que aplicaron los más modernos avances en traumatología. Todos ellos, y algunos especialistas más que le han puesto nombre y apellido a la medicina gallega en las últimas décadas, dejan sus plazas como profesores en la Facultade de Medicina de Santiago.

Son diez los que se retiran este verano; de ellos, seis son catedráticos, cuatro han sido decanos en algún momento de su carrera y los méritos de todos ellos son de sobra conocidos. Son el ginecólogo Enrique Jiménez, los pediatras José María Martinón y Manuel Castro, el catedrático en Anatomía Javier Jorge, el exdecano Andrés Beiras, el cirujano Francisco Barreiro, el odontólogo José González Bahíllo, el neurocirujano José Antonio Castillo, el profesor Ángel Álvarez Prechous y el todavía decano Juan Gestal. Con ellos, inevitablemente, se cierra un ciclo.

No es un hecho aislado que grandes figuras de Medicina se jubilen juntas. En realidad, la facultad en la que se forman los galenos gallegos lleva sufriendo una menguada pérdida de profesionales en los últimos quince años, un proceso agravado en los últimos por la crisis económica que impidió la contratación de profesorado y la sustitución de personal en la Universidade de Santiago. Hasta tal punto fue así en Medicina que, desde el 2001, se fueron más de la mitad de los profesores con plaza vinculada al Sergas. Había 80 ese año, y en la actualidad hay solo 37. Es decir, se han perdido 43, más de la mitad. Una pérdida que denunció de forma reiterada el decanato y que puso en riesgo la calidad de la enseñanza y el prestigio de la facultad compostelana.

Al menos, las diez plazas de los profesores que se jubilan se van a cubrir. Pero no será solo a costa de los presupuestos de la USC, cuyo plan de ajuste económico no le permite todavía la sustitución del cien por cien del profesorado, sino a raíz de un plan de choque diseñado entre la Xunta y la Universidade por el que se sacaron a concurso doce plazas de profesores asociados que se transformarán en plazas de profesor titular o contratado doctor de aquí al año 2020, fecha en la que el coste de sus nóminas ya pasará a depender de la USC.

Los nuevos profesores se incorporarán en el curso 2017-18, y a mayores, se han convocado otras tres plazas vinculadas que, en realidad, ya se habían aprobado en el año 2012 pero que no pudieron sacarse a concurso por la tasa de reposición cero.

Los doce nuevos profesionales se incorporarán a la docencia en las áreas de Neurología, Alergia e Inmunología, Digestivo, Pediatría, Respiratorio, Reumatología, Medicina Interna, Preventiva y Traumatología. Las tres plazas vinculadas son para Medicina Interna, Radiología y Urología.

Los docentes que se retiran creen que «hay recambio» y que la facultad «va a ser cada vez mejor»

Va a ser muy difícil sustituir eminencias en el campo de la medicina de la talla de los doctores Gestal, Martinón o Castillo, pero la trayectoria profesional y académica de la facultad compostelana no está en peligro. De hecho, si en algo coinciden la mayoría de los que se van -dejan la docencia, aunque algunos siguen como eméritos y otros continuarán en la investigación- es en que quedan profesionales con una amplia experiencia y que ya caminan solos tras años de formación tutelados por quienes ahora les pasan el testigo. La ausencia de nuevas plazas en los últimos años provocó que quienes ahora aspiran a ellas cuenten ya con un abultado currículo y una reconocida trayectoria.

Juan Gestal, por el hecho de ser todavía decano de la facultad, no quiere hablar de méritos, pero sí cree que el hecho de evitar la triple titulación, el plan de choque acordado con la Xunta y el «ilusionante» proyecto de construcción de la nueva facultad dará lugar a un campus «que va a mejorar mucho la docencia, investigación y asistencia sanitarias». Y es rotundo cuando dice que «hay recambio». «La Facultad de Medicina va a ser cada vez mejor».

También el doctor Martinón se va satisfecho tras 43 años de docencia ininterrumpida. «Seguiremos trabajando como eméritos y facilitándole la labor a los que vienen, que los hay muy buenos. En Pediatría el relevo generacional está garantizado, solo falta que saquen las plazas a concurso». Eso no quita que se hayan perdido logros por el camino, como recuerda el doctor Castillo, molesto por la supresión del departamento de Medicina. «Me parece un sinsentido de la burocracia», sostiene quien deberá ser relevado también en el campo de la neurociencia.