Luiz Carlos Ferraz

Cristóbal Ramírez

SANTIAGO CIUDAD

21 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada uno es cada uno, pero como el periodista brasileño Luiz Carlos Ferraz no hay otro. Resulta difícil que lo hubiera en el pasado y es casi seguro que en el futuro no lo habrá ni en su país, ni en este, ni en ningún otro. Hombre peculiar, siempre sonriente, persona de y con fe, ni un pelo en la cabeza, edad media. Reflexivo. Enamorado de las rutas de peregrinación, sobre todo del Camino de Santiago. Ya ha recorrido rutas jacobeas en seis ocasiones. El año pasado («Foi a primeira da minha amada esposa Sandra») hizo el Inglés desde Ferrol una vez en territorio gallego (en realidad partió de Londres, bajó por Francia y llegó a Ferrol, rumbo siempre a Compostela). Y escribió un libro, Juntos no Caminho de Santiago. As pedras do Camiño Inglés, que acaba de ser publicado en Brasil. Se suma, por cierto, a otros seis. Este es un relato de peregrinos a la vieja usanza, contando vicisitudes, alegrías, dudas y esperanzas. Con unas buenas fotografías. De él sacó -no textualmente, claro- los folios que presentó al II Certamen Internacional de Investigación que convocó el Concello de Oroso, y ganó un segundo premio.

Estos días Luiz Carlos pateó el Camino Lebaniego, en Cantabria. Y al acabar se desvió a Compostela a saludar a algunos amigos. Regresa mañana a su tierra. Pero ayer encontró un hueco para desplazarse a Sigüeiro, ver a «su» hospitalera (había parado en el Albergue Delia, ahora cerrado) y dirigirse al Centro de Estudios e Investigación del Camino Inglés a entregar, de una manera sencilla, humilde y solemne que le honra, un ejemplar de su libro para los fondos de ese organismo.

Irrepetible. Al colega brasileño, vaya adonde vaya, es de justicia desearle Buen Camino, peregrino.