La familia ve indicios de criminalidad en la electrocución de Anna Nieto en Vite

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Afirman que el accidente se produjo porque la farola no tenía conectada la toma de tierra

21 ene 2017 . Actualizado a las 13:43 h.

¿Un fatal accidente fortuito o el resultado previsible de un grave incumplimiento de las obligaciones de mantenimiento y revisión del alumbrado público? Esta es la cuestión que debe determinar la investigación judicial sobre la trágica muerte de Anna Nieto Lago, de 15 años de edad, en la madrugada del 15 de septiembre del 2014. La joven falleció electrocutada al tocar una farola defectuosa en el parque Pablo Iglesias de Vite y por el momento en la causa figuran como investigados -la denominación que sustituye a la de imputado- el responsable de electricidad e iluminación de la brigada de obras del Concello de Santiago, así como técnicos de Ferrovial y Atisae. La primera es la empresa concesionaria del alumbrado público en la ciudad y la segunda es la que certificó que la instalación eléctrica que falló estaba correcta.

Los abogados de los trabajadores investigados de Ferrovial y Atisae han defendido hasta el momento que la muerte de Anna Nieto fue un trágico accidente, imposible de prever porque se debió a un fallo eléctrico probablemente causado por un incendio que pudo provocar un rayo. Tanto la Fiscalía como la jueza que instruye la causa, Margarita Guillén Vázquez, dieron credibilidad a estos argumentos y fue por ello, entre otras cuestiones, que optaron por archivar las actuaciones. Sin embargo, la sección compostelana de la Audiencia Provincial corrigió su decisión y ordenó seguir investigando si hubo o no un presunto delito de homicidio imprudente.

La familia de Anna Nieto así lo cree. Sostiene que hay indicios de criminalidad en la muerte de la joven porque la farola carecía de cualquier tipo de protección y se cometieron graves incumplimientos del mantenimiento de la luminaria. «Existía un riesgo previsible dado el estado del sistema de alumbrado público del parque y en concreto de la farola que tocó Anna, pese a lo cual no se adoptó medida alguna, con una falta gravísima de diligencia e infracción de la normativa», señaló la abogada de los padres de la joven en el escrito con el cual se opuso al sobreseimiento del caso.

No había diferencial

En este punto, los investigados admiten que la farola no tenía instalado un diferencial, que habría cortado la corriente al producirse el fallo eléctrico y habría así evitado la muerte de la joven. Pero advierten que, al tratarse de una luminaria antigua, no estaba afectada por la aplicación del reglamento de baja tensión del 2002. Es decir, que no era obligatorio y que, por tanto, ni se incumplió la normativa ni se cometió ninguna irregularidad.

La opinión de la familia de Anna Nieto es bien distinta. Creen que achacar el accidente a la falta de diferencial es un error y que la verdadera causa de la mortal electrocución fue que la farola y todo el alumbrado colindante tenían toma de tierra pero no estaban conectados a ella. Entienden por tanto que sí existe un incumplimiento grave del reglamento electrotécnico de baja tensión por este y otros motivos, como por ejemplo que algunos de los báculos de las luminarias ni tan siquiera estaban correctamente protegidos contra la entrada de lluvia y la acumulación de agua por condensación.

La acusación particular, que ejercen los padres de Anna Nieto, responsabiliza del accidente a la empresa encargada del mantenimiento, Ferrovial, porque en su opinión «no cumplieron las elementales normas de seguridad, no ordenaron, no comprobaron, no ejecutaron acción alguna tendente a reparar la situación del sistema de alumbrado público». Y todo ello, recuerdan, pese a que muchos meses antes del accidente había habido vecinos que alertaron de que las farolas daban calambrazos.