«Santiago debería tener un museo del azabache y otro de artesanía»

EMMA araújo SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

xoán a. soler

El heredero de la saga de joyeros Lado de Compostela prepara una exposición

22 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Por las venas de Julio Lado corre sangre de orfebre de varias generaciones, ya que su bisabuelo, Andrés Lado, ya trabajaba el bronce y su abuelo ganó una medalla de oro al mérito artesano por una bandeja que hizo para Alfonso XII. Y aunque él no llegó a conocer a su abuelo y nunca pudo trabajar con su padre, porque este falleció cuando él tenía tan solo 15 años, el gusanillo de las manualidades estaba en su ADN más próximo, ya que fue su hermano Ángel quien lo introdujo en el oficio, una decisión de la que ni de lejos se arrepiente porque, recuerda, «yo no era muy bueno para estudiar, no tenía mucha capacidad para memorizar, pero sí para dibujar».

No pudo tener mejor maestro que su hermano, ganador del premio nacional de orfebrería, pero en su maña, que le ha reportado el premio de Artesanía de Galicia por su larga trayectoria, también tuvo mucho que ver su paso por la Escola de Arte e Deseño Superior Mestre Mateo en una época en la tuvo a Francisco Asorey como profesor de modelado y a Manuel Garabal de dibujo. «Y claro, con ellos aprendí»

De su etapa como estudiante le quedan muchos recuerdos y también dibujos que durante años permanecieron en un rincón, pero que su mujer rescató del polvo y el olvido para lucirlos en su dormitorio, en la cabecera de su cama.

A sus 79 años de edad, la palabra jubilación no conjuga con su nombre, ya que, además de convertirse en un fructífero pintor sigue trabajando en algunas piezas que guarda en su taller, ubicado en pleno corazón de Compostela, en la rúa do Vilar, muy cerca de la antigua Joyería Lado, que su familia abrió en el año 1900 y en la que él llegó a trabajar con sus seis hermanos.

Arte y caos en su taller

En la buhardilla de su improvisado taller conviven a la perfección arte, caos y herramientas, todo un entorno en el que Julio Lado se encuentra mejor que en ningún sitio, ya que en este pequeño espacio sigue trabajando al ritmo que cada día le pide el cuerpo y que casi siempre coincide con su antigua jornada laboral.

El material que prefiere es la plata, «porque es el material que más domino», pero también trabaja la madera a la perfección. La mejor prueba está en una talla a partir de una pieza de madera que le dio un amigo de A Escravitude y que ha transformado en una Virgen de Guadalupe con un manto de oro y piedras preciosas y semipreciosas en el que luce todo su oficio.

Ahora tiene entre manos y cinceles un incensario de plata cuyo diseño está muy avanzado y también trabaja en un San Daniel inspirado en la escultura del Pórtico de la Gloria y al que solo le faltan las letras que acompañan tan simbólica escultura pétrea en la Catedral de Santiago.

Con todas estas piezas y alguna más que ya pulula en su imaginación, Lado tiene en mente una exposición que aún no tiene fecha «porque para hacerlo bien hace falta bastantes obras, porque una docena no llega». Lado agradece el reconocimiento de los suyos por el premio Traxectoria pero se lamenta de que el sector de la artesanía y la orfebrería no estén, a su juicio, bien representados en la ciudad. «Santiago debería tener un museo del azabache y también de la artesanía. Ciudades como Toledo promocionan estos oficios y aquí los turistas preguntan donde están estos museos», se lamenta.

El personaje. Julio Lado Martínez pertenece a un familia de prestigiosos orfebres. De su taller, en el que llegaron a trabajar ocho personas, salieron piezas para la Iglesia y particulares.

Premios. En 1982 recibió un premio del Ministerio de Cultura y el martes recogió el premio de Artesanía de Galicia por su trayectoria y su compromiso con el oficio.