El arzobispo clausuró el jubileo extraordinario

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Montse García

La puerta santa no volverá a abrirse hasta el 2021, próximo Año Santo Jacobeo

13 nov 2016 . Actualizado a las 18:54 h.

Con menos expectación que en la de apertura, el pasado 13 de diciembre, ayer se celebró en la Catedral de Santiago la solemne ceremonia de clausura del Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia, presidida por el arzobispo, Julián Barrio. No obstante, la basílica se llenó, después de que se formara una larga cola en la puerta de Praterías, con hasta veinte minutos de espera para acceder al interior.

Durante la eucaristía, en la que funcionó el botafumeiro, el arzobispo dijo que la puerta de la misericordia se cierra «como símbolo», pero se queda «siempre abierta la Puerta que es Cristo». También destacó que «el mensaje cristiano no aparta a los hombres de la edificación del mundo ni los lleva a despreocuparse del bien ajeno».

La ceremonia de clausura del jubileo extraordinario decretado por el papa Francisco comenzó con puntualidad a las cinco de la tarde con la procesión litúrgica encabezada por Julián Barrio, que se encaminó por la puerta de Praterías y la praza da Quintana hacia la puerta de la misericordia. Toda la comitiva entró por esta puerta en la Catedral y, por el lado derecho de la girola, se encaminó en línea recta hacia el Pórtico de la Gloria. El último en entrar fue el arzobispo, quien, vuelto hacia la puerta, acogió con las manos las dos hojas de la misma que iban empujando dos acólitos, hasta cerrarla por completo. Una vez cerrada la puerta de la misericordia, la procesión se dirigió al altar, donde los acólitos entregaron al arzobispo la bandeja con la llave de la puerta, que no volverá a abrirse hasta la celebración del Año Santo Jacobeo del 2021.