La USC rinde homenaje al Nobel James Cronin por su vinculación con la institución compostelana

Susana Luaña Louzao
Susana Luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

El fallecido científico fue investido honoris causa por su contribución a la formación y la investigación en la Universidade de Santiago

14 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La Universidade de Santiago, y en especial el Departamento de Física de Partículas, ha querido rendir un homenaje póstumo al premio Nobel James Cronin, fallecido en Minnesota (Estados Unidos) el pasado 25 de agosto a los 84 años. El científico estadounidense fue invitado en 1995 por el grupo de Astrofísica de Partículas de la USC al laboratorio Femilab para participar en el diseño del Observatorio Pierre Auger. A raíz de ese encuentro se creó una estrecha relación a través de la divulgación del programa ConCiencia que culminó con su nombramiento como doctor honoris causa de la USC.

El profesor de Física de Partículas compostelano Enrique Zas recuerda su figura al ser, junto con Val Fitch en 1964, el primer investigador que observó la preferencia de la naturaleza por la materia frente a la antimateria, un estudio que dio lugar al efecto Fitch-Cronin de gran trascendencia a la hora de apuntalar la todavía incipiente teoría del Big-Bang sobre el origen del Universo.

Tras conseguir el Nobel, Cronin se centró en la Física de Rayos Cósmicos. En la década de los noventa lideró, junto con Alan Watson de la Universidad de Leeds el proyecto de creación del Observatorio Pierre Auger, que culminó con la construcción en Argentina de un gigantesco detector de rayos cósmicos ultraenergéticos de 3.000 kilómetros cuadrados que involucra a más de 400 científicos de 16 países; entre ellos, España.

Cronin tuvo un papel muy relevante en el desarrollo de la Astrofísica de Partículas en España por su intensa colaboración con investigadores de la USC. No solo visitó la institución compostelana en varias ocasiones, sino que propició estudios doctorales de sus alumnos en la Universidad de Chicago. Esos y otros méritos propiciaron su nombramiento como doctor honoris causa.