Solo un local vacío de Conxo tuvo que ser tapiado al ser objeto de denuncia vecinal

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Á. ballesteros

Su propietario ve discriminación al existir una decena más de bajos sin adecentar que no fueron apercibidos

28 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Una denuncia particular está detrás del proceso administrativo iniciado en el 2013 contra los propietarios de uno de los bajos situados en el número 3 de la rúa García Prieto, en Conxo. Sus propietarios recibieron en noviembre del 2013 una notificación municipal en la que se les instaba a tapiar totalmente el bajo, a recebar y a pintar la superficie de la fachada. Hace solo unos meses, después de que cumpliera el mandato municipal que intentó evitar con numerosos recursos, fue archivado el expediente y retirada la multa de 600 euros impuesta ante la demora en ejecutar la orden. Sin embargo, uno de los propietarios del local no quiere «dejar este asunto en el olvido, porque considera que se trata de una discriminación clara», y recurrió al Valedor do Pobo y al Defensor del Pueblo para «pedir amparo y justicia». Incluso, pese a estar zanjado el asunto, no descarta la vía judicial.

Desde el primer momento, los propietarios consideraron que estaban ante una «situación de discriminación y de falta de ecuanimidad» por parte del Concello de Santiago, al existir en la misma calle más de una decena de locales en situaciones similares e idénticas a la suya sin que hubieran sido notificados «ni amenazados con sanciones».

Y la realidad es que son numerosos los bajos vacíos en García Prieto y Sánchez Freire, en los que nunca hubo actividad comercial, que siguen con las paredes de ladrillo y con numerosas pintadas. En cambio, ningún otro propietario recibió una notificación municipal similar a la enviada a García Prieto, 3.

La diferencia entre todos y el local de Pablo Quintá es que, como él mismo sospechaba, medió la denuncia de un particular. Así lo confirmó el concejal de Espazos Cidadáns Jorge Duarte, que explicó que el Concello, por falta de personal, debido a la imposibilidad de reponer efectivos por ley, «non pode actuar de oficio. Se tiveramos os medios, se iría a todos os locais, pero solo se actúa de oficio. E neste caso houbo unha denuncia, e o Concello ten a obriga de facer cumprir a lei».

Salubridad y ornato

Las razones por las que se le exigió el cierre y el adecentamiento de la fachada están vinculadas a cuestiones de salubridad y el deber de ornato, que obligan a los propietarios a mantener en buen estado sus bienes. En este sentido, Duarte explicó que al interior de los bajos se arrojan papeles y otro residuos desde la calle, y el cierre evita riesgos. Sin embargo, Quintá insiste en que el tapiado de los huecos de ventilación de la fachada «provoca daños de salud a los moradores del edificio debido a la acumulación de gases por la falta de renovación del aire». Algo que no comparte el concejal, al considerar que no se trata de un cierre hermético.

Curiosamente, el local de Quintá es, según comentó el propietario, uno de los que se sumó al proyecto de Acción Artística sobre los bajos comerciales de Conxo, que promueve el departamento de Desenvolvemento Urbano del Concello, y que tiene como objetivo realizar actuaciones para mejorar la estética del barrio. El dueño del local pidió que se paralizara la obligación de adecentar el bajo, a la espera de que se ejecutara este plan, pero «no hubo respuesta».

Sin respuesta de Raxoi

Otras de sus quejas es que, pese a remitir sendas cartas directas al alcalde y al tesorero municipal, no recibió respuestas a sus misivas, y además asegura que los servicios técnicos municipales se limitaron a rechazar sus recursos «perfectamente razonados, sin argumentar sus decisiones».