«El flamenco gusta en Santiago, pero no tenemos la clientela asegurada»

sara p. seijo, s. l. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

RAQUEL CACABELOS

Moisés Fernández, que actúa desde hace siete años, pide una apuesta mayor por ese género

30 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tiene 37 años y vive en Santiago. Compagina su pasión por la música con los mercadillos. Su nombre es Moisés Fernández pero, a diferencia de la mayoría que apuestan por la guitarra, toca el cajón, un instrumento de percusión sobre el que se sienta en el escenario y hace del flamenco un arte. «El cajón no es de solistas, es para acompañar cante o baile, o ambas cosas», confiesa. Por eso él forma parte de varios grupos. Uno de ellos es Trío Fernández, con el que actúa en compañía de su hermano y su primo. En unos días, el 11 y el 23 de agosto concretamente, estrenará otro en el Feito a Man, Tacón Gitano. Lo de Moisés es amor al arte, un vínculo por el flamenco que se atrevió a subir a los escenarios hace siete años.

-¿De dónde le viene la afición al flamenco?

-De mi padre, que era guitarrista. Además, somos gitanos y se podría decir que es nuestra música.

-Toca el cajón, pero es más común la guitarra.

-Pero es más fácil. Mi padre me enseñó a tocar la guitarra, pero solo sé tocar cuatro cosas porque cuesta mucho. Lo del cajón ocurrió cuando tenía quince años. Con unos amigos hice un viaje en autobús a León y nos llevamos varios instrumentos. Le vi el cajón flamenco a uno y me gustó tanto como sonaba que a la vuelta se lo compré. Para aprender a tocarlo me vi vídeos, de hecho ahora es más fácil practicar con Internet.

-¿Es común tocar el cajón?

-He visto muchas personas con cajones, pero la mayoría no tocan flamenco puro, sino que son más rumberos y pachangueros. El flamenco de bulerías o tangos lo toca poca gente.

-Dicen que sus conciertos son auténticos saraos.

-Intentamos pasárnoslo bien. Como la gente con la que toco la suelo conocer, nos comunicamos muy bien con la mirada. El fin es divertirse con algo que nos gusta, aunque también nos lo tenemos que tomar en serio. Pero, además de nosotros, el público también tiene que disfrutarlo, porque realmente lo que hacemos es para ellos.

-¿Es importante para usted el flamenco?

-Lo es todo, una especie de forma de vida. Nada más levantarme ya escucho música, o en un trayecto o cuando quedo con un amigo. Y como soy percusionista, soy de los que cuando en un bar viene el camarero le hago un compás. Estoy siempre tocando. Además, aunque escucho otros tipos de música, a veces pienso que la vida sería muy distinta sin el flamenco, para mal claro.

-¿Cómo ve el sector musical del flamenco en Galicia?

-Muy mal. O hay conciertos grandes como Estrella Morente o el Cigala o no hay casi nada. No es porque no haya una afición, sino porque no se organizan conciertos. En Santiago hay actuaciones de todo tipo de músicas en locales, pero de flamenco solo en la Borriquita de Belém. En verano a veces algún bar te avisa para hacer un conciertos, pero días salteados, no hay una continuidad. Y el problema también es que como somos varios grupos y no hay prácticamente donde tocar, tenemos que ir turnándonos.

-¿Alguna vez han reivindicado que el flamenco se incluya en la oferta musical de programas culturales o locales?

-Nunca nos hemos juntado todos los que nos dedicamos a esto en Galicia, pero a título inidividual lo intentamos. Yo llamo todos los días en busca de trabajo en salas o bares. El problema es que, aunque el flamenco guste en Santiago, no tiene una clientela asegurada. Aunque es cierto que la Borriquita se llena.

Moisés Fernández. Tiene 37 años y reside en Compostela, de donde es natural.

Profesión. Percusionista de flamenco, concretamente toca el cajón. Además, es feriante.

Próxima actuación. En el Feito a Man, ofrecerá un concierto el 11 de agosto en la Gramola y el 23 en la Borriquita.