Aunque la peluquería requiere una inversión de muchas horas, José encuentra momentos para esparcirse algo. Es miembro de la asociación cultural de A Rocha, que preside su amigo Delgado. Ensalza la diversidad de actividades que brotan de la entidad, y hay una que no perdona: las excursiones. A Choupana es un barrio que le encanta y en el que ve generar vida en esas viejas edificaciones que, tras su reforma, vuelven a poblarse.
Un elemento clave vino a asentarse ahí: el Hospital Clínico, que además de constituir una dotación inmensa contribuyó a dinamizar la zona. «Deulle vida ó barrio. Fíxate que aquí había dous bares e hoxe a hostalería é un sector espallado. Para aquí mesmo ó lado veu unha farmacia».
El Hospital le ofreció incluso clientes: empleados, médicos y visitantes del centro con familias hospitalizadas. «Pero son un 5 % de clientes ó mes», matiza José.
¿Conxo o Choupana? «Teño o corazón partido». Uno es la cuna, la infancia, los juegos y los amigos de la niñez, y otro es la vida profesional y social y las amistades creadas a lo largo de más medio siglo. Evoca el Conxo de antaño y lamenta que haya quedado dividido por los grandes viales que surcaron el barrio. «Conxo era un barrio muy unido», dice, y asiente un cliente de esa zona que está allí dejándose el pelo. «Era máis comunidade daquela», insiste José.
Enfrente del redactor hay un inmenso espejo bruñido: «Foi una das poucas cousas que cambiamos no local», dice. Es un establecimiento viejo que ha atraído a alguna productora televisiva: «Aquí graváronse dous vídeos, un deles musical con Manuel Manquiña», dice, a la vez que gesticula la actuación del actor, que le cortó el pelo a él ante las cámaras. El regador regado.