«"El Quijote" es la gran peregrinación de Alonso Quijano, solo que fallida»

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

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Cervantes habla de peregrinos auténticos y de falsos peregrinos camino de Santiago, afirma el catedrático González Fernández

22 jun 2016 . Actualizado a las 19:40 h.

La Archicofradía de Santiago ofrecerá a los peregrinos a lo largo del verano actividades complementarias para enriquecer su estancia en la ciudad del Apóstol. Entre ellas, un ciclo de conferencias con 17 ponencias entre junio y septiembre y que arrancó ayer con una exposición a cargo del catedrático Ángel González Fernández, un gran conocedor del Camino de Santiago y de su presencia en la literatura. Precisamente en ese campo centró la conferencia de ayer, titulada El tema de la peregrinación en ‘El Quijote’. No es una excepción; la literatura clásica deja claro que el fenómeno de las peregrinaciones ya era universal en el Siglo de Oro. «Sobre todo se trata la peregrinación como metáfora de la vida. Ya hay un precedente en las Coplas de Manrique, donde el río es el descenso a la muerte y el camino es el proceso de valorización del ser humano. Ese aspecto de la persona que va ganando en perseverancia y en méritos influye en autores del Barroco como Baltasar Gracián y después en Cervantes, que en El Quijote dice seis veces explícitamente que cada uno es responsable de sus obras».

El profesor pone varios ejemplos de la presencia de peregrinos auténticos en su universal obra, pero también de peregrinos falsos. «Por ejemplo, en el viaje de vuelta del morisco expulsado de España, que escondió un tesoro y vuelve a buscarlo; en el norte se junta con un grupo de peregrinos que en este caso debían ir a Santiago, por el bordón que llevaban, y descubre que son falsos peregrinos. La presencia de personas disfrazadas de peregrinos que se mezclaban en las romerías de los santuarios del Camino de Santiago para pedir limosna demuestra la actitud de la gente hacia quien hacía el Camino, al que auxiliaban y le daban comida y limosna. En el Códice Calixtino ya aparecía el falso peregrino y en las Ordenanzas de Santiago del siglo XIV se insta a las personas que hicieron el Camino a que dejen la ciudad porque estaban aquí semanas para vivir de la limosna. Había mucha picaresca en torno a la peregrinación y al Camino».

Por supuesto, también hay peregrinos auténticos en El Quijote, como ocurre hacia el final de la novela, cuando el protagonista y su escudero se acercan a Barcelona. «Entonces atravesaron un terreno controlado por Roque Guinart, un bandolero que se dedicaba a esquilmar a los ricos para dárselo a los pobres, y entre ellos aparecen dos peregrinos que van a Barcelona para coger el barco rumbo a Roma».

Pero al margen de las anécdotas concretas, a Ángel González le gusta destacar esa metáfora de la peregrinación como una superación personal, algo que también está muy presente en El Quijote. «La novela es la gran peregrinación de Alonso Quijano en su empeño por ser un gran caballero, solo que fracasó». El protagonista de la obra insigne de la literatura española le dice a Sancho: «Ningún hombre es más que otro si no obra más que otro», y esa gloriosa meta de Alonso Quijano empeñado en ser un gran caballero inunda la novela. Pero como es de sobra sabido, don Quijote duda al final de su vida, pierde su última batalla, se deprime y muere. «Y esa es también la ironía propia de Cervantes, para quien purgar es perder ese sueño de grandeza y volver a la vida monótona. Para el escritor, curar es morir».

Con ese contradictorio mensaje cerró el profesor la primera de las ponencias de las jornadas organizadas por la Archicofradía del Apóstol Santiago, una actividad de la que se informa al peregrino a la salida de misa pero que muchas veces tiene el mismo éxito o más entre el público en general. En todo caso ayer, el auditorio del Hostal dos Reis Católicos fue, en el buen sentido de la palabra, quijotesco.

El autor. Catedrático de Filosofía, miembro de la Archicofradía del Apóstol Santiago y estudioso del Camino de Santiago.

La conferencia. «El tema de la peregrinación en El Quijote» hace referencia a la peregrinación como metáfora de la vida, algo habitual en la literatura del Siglo de Oro.