Los compromisos de Rajoy y las dudas

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO CIUDAD

30 ago 2015 . Actualizado a las 09:47 h.

Rajoy quiere despejar dudas sobre sus compromisos con Compostela. Eso parece indicar el «arreón» de inversiones comprometidas por su gobierno coincidiendo con el reinicio del curso político tras el parón de agosto. Dudas sobre la definitiva inyección de 17 millones de euros para rehabilitar la Catedral hasta el 2020. Dudas sobre las conexiones de la AP-9 en la zona norte. Dudas sobre el futuro de la intermodal tras una primera fase de 19 millones para remozar la estación actual. Dudas que han inquietado a la ciudad y que, al menos en parte, van a seguir en candelero porque obras son amores y la inmediatez electoral puede relegarlas a la dialéctica de las buenas razones. Aunque no sin tiempo, por algo se empieza.

Tras la aprobación de la inversión en la Catedral, ya solo va a quedar la polémica que aviva el gobierno de Compostela Aberta sobre la idoneidad de destinar semejante cantidad de dinero público, aun a cinco años vista, a una obra de la Iglesia, como si no beneficiara a toda la ciudad y a toda Galicia, como si esa inversión y muchas otras no pudieran ser argumento de las Administraciones para un mejor rendimiento social del patrimonio monumental religioso. Ahora, Gobierno central, Xunta y Fundación Catedral deberán poner en marcha la maquinara, convenios y proyectos en mano, para agilizar el ingente trabajo pendiente.

Pasos de gigante son los que impulsan día a día las obras de ampliación del tramo urbano de la AP-9. Tanto que, de no haber mediado esta semana la aprobación del proyecto del enlace orbital con la autovía de Lavacolla -falta la licitación, por 45 millones-, este podría haberse quedado, si no pendiente en su totalidad, sí a medias. Esta conexión que garantizará todos los flujos entre la autopista y la autovía de Lugo, aliviará la presión sobre el periférico en San Lázaro y dará un servicio esencial al aeropuerto y a las áreas empresariales, pero estas tendrán sus accesos incompletos sin el vial dorsal que conectará el polígono de A Sionlla con la N-550. Es el momento de plantearlo, porque es asumible en el contexto de la mejora viaria de la zona norte.

De esta demanda que abanderan los empresarios del Tambre hablarán este miércoles el alcalde y la ministra de Fomento, reunión a la que Martiño Noriega asistirá con dudas importantes. La principal, la que no ha conseguido disipar Ana Pastor, ni en el gobierno local ni en diversos sectores de la ciudad, sobre la intermodal: que la primera fase aprobada por Fomento sea eso, el inicio de un programa de inversiones a la altura de la estación con más tráfico de Galicia. Después de cuatro años perdidos tras el concurso que ganó Herreros -su proyecto se podrá cuestionar, pero no por faraónico-, el remozado de las instalaciones que ahora se plantea es una necesidad apremiante para la llegada del AVE en el 2018 y, más todavía, porque hace tiempo que se han quedado totalmente insuficientes para los viajeros. La reforma no se puede demorar, pero tampoco debe ser el fin último ni condicionar actuaciones futuras. Desde que el ADIF y el exalcalde Hernández presentaran esta intervención poco antes de la campaña de las municipales, Feijoo dio el siguiente paso al asegurar la intermodalidad mediante el traslado de la estación de autobuses. Hay un estudio en marcha y la voluntad política de la Xunta, igual que Fomento aboga por que, a medio plazo, Santiago cuente con una auténtica intermodal. Solo voluntad política. De ahí la duda, que debe disiparse. Por pura lógica.