Investigadores del instituto sanitario IDIS con hasta dieciséis años de antigüedad en sus trabajos reclaman empleo fijo
19 jul 2015 . Actualizado a las 09:20 h.La falta de estabilización en el empleo de profesionales con dedicación exclusiva a la investigación es la principal debilidad del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS). Así concluye la reciente evaluación externa, realizada por expertos del Ministerio de Sanidad, para reacreditar el centro.
La historia de este personal comenzó hace 16 años, cuando se incorporó al hospital el primer investigador con un contrato de 5 años Miguel Servet, del Instituto de Salud Carlos III, un centro de referencia estatal para la investigación sanitaria. Ahora son 16. Ninguno ha conseguido un puesto de trabajo estable en la plantilla del Servizo Galego de Saúde (Sergas) en estos 16 años.
Al finalizar los 5 años del contrato inicial superaron positivamente una evaluación por la labor realizada, en la que se valoró su capacidad de liderazgo e independencia. Desde ese momento solo les ofrecen contratos temporales, de 2 años, en el Sergas.
Los Miguel Servet son un colectivo con una carrera exitosa: dirigen grupos de investigación; son autores de numerosas publicaciones, en revistas internacionales de referencia de su especialidad; dirigen proyectos; captan financiación, y alcanzaron proyección internacional.
«No han echado a nadie, aunque hubo alguna baja, que buscó otra alternativa laboral mejor. La eventualidad permanente condiciona nuestro trabajo. Al no tener un puesto estable, tenemos que contar con alguien en situación fija que tutorice alguna de nuestras tareas, y eso a veces es complejo. Por eso queremos que se nos estabilice y que se nos trate como trabajadores», afirma uno de los integrantes del colectivo compostelano de mayor antigüedad.
Modelos en otros países
«Hay modelos en Inglaterra, Estados Unidos, Francia, y en otros organismos de España, donde han estabilizado a investigadores en situación semejante a la nuestra. Muchos de nosotros teníamos posibilidades profesionales en el extranjero y vinimos a Santiago ante la perspectiva de tener aquí una carrera investigadora. A quienes trabajaban con nosotros en esos países si los han estabilizado», afirma otra integrante del colectivo.
El contrato Miguel Servet ha sido «como una opción posdoctoral prestigiosa, y eso no era lo que buscábamos. Sirvió para atraer a investigadores que estábamos en el extranjero, pero no se da solución satisfactoria a nuestra situación», insisten.
En Galicia hay 9 investigadores más, en A Coruña, en la misma situación. En el 2006 la Xunta aprobó que pasasen a personal estatutario, eventual, en el Sergas. Interpretaron que era el principio de su estabilización, pero no fue así. Porque en el amplio catálogo de personal sanitario y no sanitario del Sergas no consta el puesto de investigador sanitario con dedicación exclusiva, y no se creó. Por eso solo les ofrecen nuevos contratos temporales.
Apoyos y diálogo
Los últimos años incrementaron la presión y participaron en grupos de trabajo en el Sergas para buscar la estabilización. Consiguieron el apoyo unánime de todos los sindicatos. El Sergas convocó mesas de negociación para dialogar y abordar su situación, pero no se llegó a un acuerdo.
«Alguno de nosotros lideró proyectos internacionales, y en reuniones con personas de otros países, cuando se enteran de que no somos personal fijo, nuestra situación crea desconfianza. Tampoco podemos asumir proyectos a largo plazo, por falta de garantía de poder finalizarlos», sostienen.
Estudiantes que les visitan, o que realizan prácticas en sus laboratorios, se desaniman a seguir la carrera investigadora, al comprobar cómo este personal no tiene trabajo fijo después de tantos años. Porque varios superan los 50 años, tienen hijos, préstamos concedidos. «Dirigimos la tesis doctoral a investigadores con becas de 3 años, que tienen más perspectiva de estabilidad que nuestros contratos de solo 2 años», reiteran.