El ladrón del Códice: 200 años de cárcel, pero no cumplirá más de quince

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Álvaro Ballesteros

La pena de 190 años de prisión podría quedarse en menos de la décima parte

22 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«A Manolo los años de cárcel le dan igual, pero lo que más daño le hace es quedarse sin el dinero». Esta frase fue la primera reacción de un destacado miembro del equipo que investigó el robo del Códice Calixtino tras conocer la pena de diez años de prisión a la que fue condenado el exelectricista de la catedral de Santiago por llevarse el famoso libro y por sisar al cabildo compostelano 2,4 millones de euros.

Si eso es así, Manuel Fernández Castiñeiras tiene muchos motivos por los que preocuparse, porque tiene que reunir mucho dinero para satisfacer las multas e indemnizaciones a las que ha sido condenado. De un lado, se ha quedado sin los 1,7 millones de euros que tenía en sus casas, que ya han sido devueltos a la Iglesia. Pero como se ha considerado probado que robó 2,4 millones a la catedral de Santiago, aún tiene que entregar otros 700.000 euros para saldar sus deudas con el cabildo santiagués. Una cifra a la que debe añadir los 268.425 euros que tiene que pagar a Hacienda por el delito blanqueo de capitales por el que ha sido condenado al comprar con fondos ilícitos el piso en el que vivía su hijo en O Milladoiro (Ames) y un apartamento en la playa de A Lanzada (Sanxenxo). Dos propiedades que, además, le serán embargadas si el Tribunal Supremo no atiende su recurso.

A estos 968.425 euros que Manuel Fernández Castiñeiras tiene que pagar se suman ahora los 410.400 euros de multa que le han sido impuestos en el segundo de los juicios a los que tuvo que hacer frente, el del robo del correo a sus vecinos. Casi 1,4 millones de euros a los que habría que añadir los otros 268.425 euros a los que ha sido condenada a pagar la mujer del ladrón del Códice, que también ha sido considerada culpable por blanqueo de capitales.

En caso de no abonar el dinero, la familia de Fernández Castiñeiras se expone a perder no solo el dinero que tengan en sus cuentas corrientes, sino los dos pisos que no van a embargarse. Se trata de la vivienda de O Milladoiro en la que vivía el matrimonio, así como la casa que heredó la mujer de su familia en Negreira.

Un año por delito

Pese a la gravedad de la pena en lo que a multas e indemnizaciones se refiere, la condena total de cárcel a la que tiene que hacer frente Manuel Fernández Castiñeiras no es pequeña. Sobre el exelectricista de la catedral compostelana pesan cinco años de cárcel por el robo del dinero en la basílica, tres por el del Códice Calixtino y otros dos por blanqueo de capitales. En total, diez años de prisión. A esta pena hay que sumarle la del juicio cuya sentencia se conoció esta semana y que supone una condena de 190 años de cárcel por otros 190 delitos contra la intimidad de los que ha sido considerado culpable. Un año por cada uno.

Ahora bien, como se trata de un delito continuado, el Código Penal, en su artículo 76, establece para estos casos que solo se cumpla el triple de la máxima pena que le haya sido impuesta. Es decir, que como Castiñeiras ha sido condenado por 190 delitos de un año de prisión cada uno solo tendría que estar tres años en prisión por esta causa.

Diez más tres suman un total de trece años de cárcel, pero como en las matemáticas de la Justicia uno más uno raramente son dos esa condena podría llegar hasta los quince años. ¿Por qué? Fernández Castiñeiras ha recurrido ante el Tribunal Supremo la condena por el robo del Códice y previsiblemente también lo hará con la reciente por apropiarse del correo de sus vecinos. Así, como la del Calixtino será firme antes, cuando lo sea la de las cartas ambas se acumularían y la pena máxima que se consideraría sería de cinco años -del robo del dinero-, por lo que a los diez por la sustracción del libro habría que sumar estos cinco. En total, quince. Siempre y cuando ambos recursos sean rechazados por el Tribunal Supremo.

Acuerdo rechazado

De este modo, el ladrón del Códice tendrá que hacer frente a una condena total de entre trece y quince años de prisión. ¿Cuántos pasará realmente entre rejas? Eso es imposible de calcular porque entran en juego numerosos factores. A Fernández Castiñeiras le perjudica su segunda condena, la de los 190 años que se convierten en tres o cinco, para la obtención de permisos penitenciarios. Pero no es menos cierto que por su edad, 65 años, tendrá más posibilidades de ver reducida su condena.

Lo que es evidente es que el ladrón del Códice debe de estar arrepentido de haber rechazado el acuerdo que durante la instrucción le ofreció la Fiscalía. Si hubiese admitido su culpabilidad no le habrían juzgado por el robo de las cartas a sus vecinos y la Catedral se habría conformado con que le devolviera los 1,7 millones de euros que tenía en su poder. Le habrían embargado los pisos comprados con dinero ilícito en O Milladoiro y en la playa de A Lanzada, pero no habrían tocado los otros y tampoco le habrían impuesto multas ni habrían acusado a su mujer ni a su hijo. La pena de cárcel no habría sido mayor de siete años y habría podido alegar su enfermedad -ictus- para poder antes de prisión. Sorprendentemente, no aceptó y ahora tendrá que afrontar las consecuencias.

El Código Penal establece que en delitos continuados se cumple el triple de la máxima pena

Castiñeiras tiene que pagar casi 1,4 millones a la Iglesia, a Hacienda y a sus vecinos

la condena del electricista