Agustín Hernández, el niño de los ojos de Feijoo

M. Cheda SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Álvaro Ballesteros

El presidente del PPdeG se vuelca con el alcalde de Santiago, lo loa y lo pone como ejemplo de «nova política» para cargar contra Caballero, Podemos y las mareas

17 mar 2015 . Actualizado a las 08:53 h.

A sus 53 años, Agustín Hernández se ha convertido en algo así como el niño de los ojos de Feijoo. Cada vez más, lo mima, lo arropa, lo colma de halagos. Y se vuelca con él. Tanto, que en el PPdeG ya muchos sitúan al alcalde de Compostela, corredor de fondo infatigable, en buen puesto de salida para la carrera sucesoria del presidente. Ayer, ambos hicieron de nuevo por coincidir en público. Ejerció el regidor de ponente en un desayuno informativo y el jefe del Ejecutivo autónomo, de su presentador. Mientras el segundo lo elevaba a los altares del ejemplo, el primero aprovechó para lanzar su campaña para la reelección.

Al menos en parte, la guerra de estas municipales se gana o se pierde en la batalla de Santiago. Se percató Feijoo en junio pasado, cuando, después de tres años de escándalos de corrupción e inestabilidad en la capital gallega, desvistió el santo de la Xunta para vestir el del Concello. Sacrificó a una pieza clave en su gabinete, el entonces conselleiro de Medio Ambiente, y lo envió a poner orden al pazo de Raxoi, en el Ayuntamiento. Por aquellas fechas, lo llamó un día a Monte Pío y, según el anfitrión del encuentro, ocurrió algo peculiar: «Cando entrou no meu despacho, mireino, miroume e de seguida dixo: ??Se é o mellor para Santiago, por suposto??. Sobraron moitas palabras na nosa cita».

Eso contó ayer el líder de los populares sobre el alcalde. De él dijo también que se trata de un «rexedor peatonal», que va a los sitios caminando y, en su pasear, escucha la «mellor asesoría»: las «queixas e loubanzas» de los vecinos. «Practica unha política de proximidade, cooperativa, lonxe dos acenos altisonantes ou de actitudes que parecen confundir a figura do alcalde coa dun pequeno emperador», abundó, en alusión implícita al primer edil de Vigo, Abel Caballero (PSOE).

Feijoo no solo se sirvió de Hernández para atizar al socialista. Por contraposición, sin cita expresa, cargó igualmente contra Podemos y las mareas, que para los conservadores son una especie de marca blanca de AGE apoyada por los de Pablo Iglesias. Constituyen, sentenció, la «vella política», «a do enfrontamento, a demagoxia, a intolerancia e os alaridos». «Por iso -espetó- resulta sorprendente que se presenten como novas rancias receitas que caeron co muro de Berlín ou que aínda oprimen a países desafortunados. [...] Falan contra a Transición aqueles que caeron derrotados nela».

En el polo opuesto, el alcalde de Santiago personifica la «nova política»: reformismo, renovación, «cambio amable»... Ya metido a la hagiografía, concluyó Feijoo que el regidor «demostra que os erros se poden corrixir» y «funda o novo municipalismo».

Hernández, preguntado por el público acerca de si ve al de Os Peares como secretario general del PP, lo correspondió asegurando que «é persoa capaz e preparada para calquera cometido».