Francesco Tonucci: «Defiendo que los niños también puedan votar»

joel gómez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Propone tener «ira frente a la realidad, y valentía para poder cambiarla»

14 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Los niños nos llevan a un cambio» y hay que tener valor para «moverse» y hacerlo, porque es «necesario y urgente». Esta es la filosofía del psicopedagogo italiano Francesco Tonucci. El suyo «no es un proyecto educativo, es un proyecto político». Así lo defendió en una conferencia en Ciencias da Educación (Campus Norte), ante un público que desbordó el salón de actos. Le presentó el profesor Antón Costa, quien recordó que es la tercera vez que está en la Facultad. La última había sido en el 2004. En esta ocasión se aprovechó para lanzar la traducción de su conocida obra, como A cidade dos nenos, en libro editado por Kalandraka.

Tonucci destacó que el modelo de ciudad promovido tras la Segunda Guerra Mundial «no funciona» y «ha creado muchos problemas», especialmente a las personas en situaciones más débiles. «Los adultos, varones trabajadores, que han tenido el poder, lo han administrado muy mal, haciendo desastres a todos los niveles: ambientales, económicos, sociales, políticos». Manifestó que la crisis «de los últimos 10 años no es el producto del terrorismo, o de los pueblos y países pobres; el desastre que estamos viviendo es producto de la sabiduría económica del mundo más desarrollado. De verdad lo estamos haciendo muy mal».

Defiende que «se han vuelto ciudades para unos pocos, poderosos, y de su juguete preferido que es el coche, llegando a una situación paradójica: el verdadero dueño de la ciudad moderna es el coche, que hoy mata más que la guerra». El coche es como un apéndice de la casa; y coche y casa son los dos espacios en los que se producen más accidentes infantiles, recordó.

Ante esta situación, citó a San Agustín para indicar que «la esperanza tiene dos hijas hermosas: la ira y la valentía. La ira frente a la realidad y la valentía para poder cambiarla». Insistió en que la filosofía de su proyecto es «reconocer lo malo que estamos haciendo, reconocer los límites de la ciudad». Destacó el interés de la labor realizada en Pontevedra los últimos años, donde siguieron sus indicaciones.

El experto italiano insistió en que los niños tengan una mayor relevancia en la organización social. «Defiendo que también puedan votar», dijo. Reiteró la necesidad de que se respete la Convención de los derechos del niño, de 1989, en la que se defiende la infancia «frente a todas las formas de violencia». Además, «hay que saber llegar a las ideas de los niños, que están escondidas» y es preciso tiempo para que las expresen. Propuso concederles al menos el mismo espacio urbano que a los coches.

«Consejos de niños»

Resaltó que la ciudad de los niños debe basarse en dos ejes: favorecer su autonomía y su participación. «La autonomía no puede ser a los 12 años, hay que construirla desde el nacimiento, todos los días. Es un camino, no puede ser un evento», dijo.

Defendió que se pueda jugar en los espacios públicos, y reprobó que se creen parques específicos, pues eso «significa aislar a los niños, echarlos, rechazarlos del espacio público». Defendió que se creen «Consejos de niños» y que se cuente con su punto de vista, porque enriquecería la estructuras democrática del gobierno de la ciudad. «Si hay niños en la calle la ciudad es segura; la calle es peligrosa porque no hay niños», afirmó.

En educación, se manifestó en contra de los deberes, que son «una equivocación pedagógica que no sirve para nada» y propuso que dediquen ese tiempo a jugar, pero «con pocos juguetes y no en el parque», y sin ser controlados ni vigilados. Y que docentes y discentes evalúen juntos cómo funciona la escuela. Una adolescencia con experiencias, expuesta a obstáculos y riesgos, es importante para crecer y evitar después desilusiones, a veces muy graves, enfatizó.

EDUCACIÓN el psicopedagogo italiano, EN LA USC

«El verdadero dueño de la ciudad moderna es el coche, que mata más que la guerra»