El Parlamento reabre la disputa sobre la titularidad del Panteón de Galegos Ilustres 

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

La tumba de Rosalía de Castro es la primera que se creó en el Panteon de Galegos Ilustres.
La tumba de Rosalía de Castro es la primera que se creó en el Panteon de Galegos Ilustres.

El BNG pide expropiar el templo de Bonaval, algo que el PP no secunda

23 feb 2015 . Actualizado a las 10:29 h.

La polémica que rodea a la titularidad del Panteón de Galegos Ilustres se reabre. Esta vez, a nivel político. El Parlamento de Galicia abordará esta semana una iniciativa del BNG, a través de la que se emplaza a la Xunta a iniciar un «expediente de expropiación» del recinto eclesiástico de San Domingos de Bonaval que alberga los restos mortales de Castelao y de Rosalía de Castro, entre otros, y cuya propiedad fue recuperada por el Arzobispado tras tres décadas de litigios con el Concello de Santiago.

Hace cinco años que una setencia del Tribunal Supremo le permitió a la Iglesia hacerse cargo de nuevo del templo de San Domingos de Bonaval, perdido con la desamortización de Mendizábal de 1836. La resolución provocó no pocos resquemores en algunas organizaciones culturales que querían convertir el Panteón en un símbolo de carácter civil.

El BNG hizo suya esta demanda, especialmente después de comprobar que lo primero que hizo el Arzobispado al recuperar la propiedad fue echarle el candado al Panteón durante semanas para forzar un pacto con la Xunta dirigido a regular su uso.

La diputada nacionalista Ana Pontón elevó una iniciativa a la Cámara gallega en el 2011, en la que reclamaban al Gobierno gallego que negociara con la Iglesia la cesión del Panteón. Pero la petición no fue respalda por el PP, ni tampoco por el PSOE, fuerzas que reconocieron así los derechos de la Iglesia sobre el recinto.

Cuatro años más tarde, y coincidiendo con la conmemoración del nacimiento de Rosalía de Castro, que tuvo lugar el 24 de febrero de 1837, el BNG vuelve a la carga con otra iniciativa que también defenderá Ana Pontón, en la que esta vez da un paso más adelante. Si antes pedía negociar la «cesión», los nacionalistas reclaman ahora una nueva desamortización, sustentada en el «interese social e a utilidade pública» que tiene el recinto.

De lo que se trata, dice el Bloque, es de garantizar el acceso «igualitario e sen vetos» a un espacio dotado de especial relevancia para la memoria colectiva de Galicia. El único inconveniente es que la posición del grupo mayoritario del PP, contrario a remover este asunto, no ha variado en este tiempo. Y está por ver si el PSdeG, que se abstuvo en el debate del 2001, va a modificar la suya.

La polémica planea sobre Bonaval. Y quizás por ello uno de sus ilustres inquilinos, Ramón Cabanillas, no logró que se labrara en su tuma el epitafio que él escribió: «Quero na lousa que me dé sosego esta palabra que ten aas: POETA». Sosiego es lo que aun le falta al Panteón.

La ley que regula el uso del recinto de los gallegos ilustres lleva cuatro años en un cajón

Cuatro años lleva guardado en los cajones de la presidencia del Parlamento de Galicia el proyecto de ley para regular el uso del Panteón de Galegos de Ilustres. La falta de claridad sobre la gestión del recinto hizo reaccionar al patronato del Museo do Pobo Galego y al Consello da Cultura Galega, cuyo presidente, Ramón Villares, entregó a la presidenta de la Cámara en febrero del 2011 un proyecto legislativo, en que rebautizaba el recinto como Panteón de Galicia y proponía que fuera adscrito al Parlamento de Galicia.

En el 2013, en el transcurso del debate del estado de la autonomía, el presidente de Feijoo emplazó a la oposición a llegar a un acuerdo en torno a esta ley que regula el uso del mausoleo de Bonaval, pero del asunto nunca se supo. El borrador de la ley continúa sepultado en algún cajón.