La nueva unidad de anorexia favorece ingresar a más varones

JOEL GÓMEZ SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Su modelo es único en España y tarda una media de 5 años en dar altas

02 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

En las nuevas dependencias de la Unidad de desórdenes del comportamiento alimentario (UDAL) del hospital médico-quirúrgico de Conxo están ingresados dos varones. Suponen casi un 30 % de las 7 camas de que dispone. Es una cifra muy elevada y poco habitual en los 18 años de trabajo (desde enero de 1996) de este dispositivo asistencial. Ingresa una media de 25 pacientes anuales y tuvo hasta ahora solo un 2 % de varones, según datos oficiales del Sergas.

Las nuevas instalaciones son más amplias, y cómodas para profesionales y pacientes, afirma Felipe Casanueva, jefe de endocrinología. Pero mantienen el modelo, «único en la sanidad española, que conozca, por integrar especialistas de endocrinología, psiquiatría y psicología. Lo habitual es que funcionen en servicios de psiquiatría y hay pocas unidades específicas como esta», sostiene.

Es además la única unidad específica en Galicia para anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y otros trastornos de la conducta alimentaria. La mayoría de los casos que asiste tienen de 14 a 30 años: «La anorexia es muy sofisticada; es muy raro que aparezca antes de la pubertad. Un niño necesita tener un desarrollo mental, porque no es muy normal hacer un comportamiento para tener una figura determinada. A partir de los 30 años son también casos raros, pero muy complejos; cuanto mayor es el paciente, más difícil es el tratamiento», indica Casanueva.

Alta complejidad

Esta unidad es «para casos de alta complejidad. No es para ver a todas las pacientes con anorexia o bulimia de Galicia; los demás casos están bien tratados en otros hospitales. Nuestro tratamiento dura una media de 5 años antes del alta, para tener más seguridad y evitar recaídas. Después queremos que vuelvan a sus unidades de referencia, para que les sigan», manifiesta.

Casanueva y la psiquiatra Isabel González coinciden que hay varias explicaciones, pero ninguna definitiva, para explicar la mayor incidencia en mujeres, aunque muchas coinciden en la mayor presión social para el éxito y la belleza femenina.