Vigo se aleja del circuito musical

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

La Iguana Club es la sala de conciertos decana de la ciudad con 23 años de directos.
La Iguana Club es la sala de conciertos decana de la ciudad con 23 años de directos. óscar vázquez< / span>

La ausencia de salas de grandes dimensiones provoca que los promotores trasladen sus actividades más destacadas a otras ciudades, especialmente a Santiago de Compostela

12 ene 2014 . Actualizado a las 18:00 h.

El circuito anual de conciertos medios, tanto nacional como internacional, se ha alejado de Vigo para dirigirse hacia otras localidades gallegas, especialmente Santiago de Compostela. Son los conciertos que se desarrollan en salas y que no encuentran acomodo en Vigo debido a la ausencia de locales con un aforo suficiente que ayude a rentabilizar la presencia de determinados artistas. En este ámbito musical no cabe ni el auditorio Mar de Vigo ni el multiusos del Ifevi, ambos diseñados para otro tipo de espectáculos, en el primer caso, y de aforos, en el segundo.

La principal explicación de esta huida de la ciudad está en la ausencia de un establecimiento con un aforo en torno a las mil personas.

«Cuando cerraron la sala Nova Olimpia, perdimos el lugar idóneo para esos conciertos que requieren un aforo de 800 a 2.500 localidades», explica Joaquín Martínez, director de la empresa Esmerarte. Y es que el tamaño de las salas es el asunto principal de este alejamiento del principal circuito musical que opera en la actualidad en Galicia. «No tenemos una Capitol, por decirlo de una manera», afirma el promotor. La sala Capitol de Santiago de Compostela, desde hace un par de años se está llevando una gran parte de los conciertos que antes se programaban en Vigo.

El hueco de la sala Nova Olimpia, ubicada en los bajos del edificio del Cine Fraga, trató de ser ocupado por varios proyectos, como ha sido recientemente el caso de la Estación Marítima. El alcalde Abel Caballero abortó esta tentativa promovida por un grupo de empresarios. La idea era habilitar el espacio principal de la Estación Marítima como acoger conciertos, pero se toparon con la guerra de partidos que sufre esta ciudad y el alcalde ordenó el cierre.

Sweet Nocturna es una promotora viguesa que ha desviado casi todas sus actividades a Santiago, principalmente, debido a los aforos. «Nosotros estamos llevando conciertos a Santiago debido a la salas porque en Vigo no hay ninguna con capacidad semejante a la Capitol, que tiene 800 localidades», explica Raquel Seijo, que recuerda que en Vigo las salas, en el mejor de los casos, no supera las 300 entradas. Y de esta forma, Vigo ha quedado relegado a la tercera fila, aunque también es cierto que hay mucho talento tocando en sus locales. «Cuando hacemos algo en Santiago», continúa Raquel, «se trata de giras internacionales que también paran en La Riviera de Madrid y salas semejantes; eso no lo tenemos aquí».

Raquel Seijo se refiere a conciertos en salas, por lo que descarta al auditorio Mar de Vigo, que no tiene ese formato. «Cuando se ha querido hacer algo en el vestíbulo del auditorio, ha habido que encarecer significativamente la producción porque hay que levantar un escenario, colocar telones acústicos, etc; se encarece mucho y solo es rentable con la ayuda del Concello», añade la promotora viguesa, que sí empleará el Mar de Vigo para el concierto de Love of Lesbian que tendría que haberse celebrado el pasado verano durante las fiestas de Vigo.

No obstante, la oferta musical en Vigo es grande, aunque dominada especialmente por artistas no profesionales. Tras los intentos fallidos de contar con espacios superiores a los quinientos espectadores, como las salas A! o Breogán, el circuito de salas viguesas tiene como establecimiento decano a La Iguana Club, que suple su escaso aforo, en torno a las 150 personas, con todo el peso del prestigio ganado a lo largo de sus veintitrés años de existencia.

La Fábrica de Chocolate, con un aforo algo superior a la anterior, luce ya más de diez años programando casi cuatro conciertos semanales, algunos de gran trascendencia debido a los nombres de sus protagonistas.

El Ensanche, que según dice en su página web tiene un aforo de entre 350 y 400 personas, también programa música variada los viernes y sábado.

La última sala en sumarse a este panorama de los aforos máximos en Vigo es Master Club, heredera de El Infierno, que trata de hacerse un hueco en la programación viguesa. Sin embargo ninguna de ellas puede acercarse a esa cifra que los promotores sitúan en torno a los 800 espectadores que haga rentable sus espectáculos.