Las compostelas del Camino Inglés aumentan casi un 30 % en diez meses

SANTIAGO CIUDAD

Las 4.310 compostelas entregadas en lo que va de año a peregrinos de esta ruta suponen un aumento de casi un tercio de afluencia

21 nov 2013 . Actualizado a las 13:37 h.

En los diez primeros meses de este año, el número de compostelas entregadas a peregrinos que han recorrido el Camino Inglés supera en casi mil a todas las del año anterior. Así, según datos de la oficina del peregrino dependiente de la catedral de Santiago, hasta el pasado 31 de octubre entregaron 4.310 compostelas, mientras que en el mismo período del año pasado fueron 3.475. En este crecimiento de casi un 30 % se constata también el hecho de que durante los meses de invierno apenas hay peregrinos. Y es que el año pasado entre noviembre y diciembre solo se entregaron un centenar de compostelas.

Estos son los fríos datos de un recorrido que sorprende por su diversidad. Si la salida de Ferrol permite ir bordeando toda la ría, con lugares sorprendentes como las viejas aceñas de Xuvia, en el tramo que arranca desde A Coruña se puede bordear la ría de O Burgo o escapar de algún polígono por la senda que conduce hasta la planta de aguas de A Telva.

Algo similar ocurre en Miño, donde del paso bordeando el río Lambre se sube a Paderne, para llegar a Betanzos oteando la amplia marisma. Y junto a los paisajes costeros están los espectaculares túneles vegetales o tramos del camino en los que la senda atraviesa zonas arboladas. Estos son tramos más bien cortos pero que el peregrino disfruta especialmente. Ocurre en lugares como el del municipio de Abegondo (también hay alguno antes de llegar a Miño), que luego dan paso a zonas de monte.

Además, el peregrino va viendo una fauna que va del burro al pavo real, pasando por las ovejas o los caballos. La presencia de estos animales sorprende, sobre todo el pavo, que está en una finca, más allá del albergue de Bruma.

Y si, como proponen desde la asociación de hostelería de Santiago a la hora de impulsar esta ruta, el peregrino opta por desviarse de la flecha amarilla desde unos cuantos pasos hasta unos cientos de metros, el Camino Inglés ofrece numerosas posibilidades. Así, Pontedeume es un lugar a tener en cuenta (si las circunstancias permiten subir a la capilla románica de San Miguel de Breamo ya es un lujo), lo mismo el casco viejo de Betanzos, donde los peregrinos no esconden su admiración. Lo mismo ocurre en Cambre, con la iglesia románica de Santa María. Son solo tres ejemplos de lo que los peregrinos pueden encontrar en un Camino Inglés que pide recorrerlo con calma, que está alejado de las otras rutas a Compostela tan masificadas y que invita, como hacía Kavafis, a que «no apresures nunca el viaje».