La literapia avanza en Santiago

joel gómez SANTIAGO / LA VOZ

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Estudiantes sin Fronteras inicia un proyecto en la escuela del Clínico

05 nov 2013 . Actualizado a las 17:31 h.

Como «un proyecto que nace y crece con las ganas de impulsar todas las facetas de la literatura en el ámbito hospitalario» presenta Estudiantes sin Fronteras la literapia. Estas asociación de alumnado de la USC, con especial implantación en la Facultade de Medicina, acaba de iniciar un proyecto en la escuela infantil del Hospital Clínico, en colaboración con la maestra Ruth Gómez, y se proponen como objetivo que en Navidades se vea el resultado de su trabajo. Así lo explican Mila Suárez, Víctor Cebey, Diana Martínez y Sandra Campos, que se implican en la iniciativa.

«Las personas ingresadas en un hospital, sobre todo las que tienen que estar largos períodos de tiempo, ven reducida su variedad de ocio. Por ello, impulsar la lectura y la escritura es una buena forma de que su realidad se expanda mucho más allá del espacio físico en el que deben permanecer», agregan.

La literapia avanza así en Santiago. Hace algún tiempo especialistas como Manuel Freire Garabal y Darío Villanueva, docentes de Medicina y Filoloxía, la ya aludida Ruth Gómez, y otras personas de la ciudad, lanzaron esta propuesta, que busca rentabilizar el uso de la literatura para mejorar la salud.

Un éxito en la USC

Freire Garabal incitó a Estudiantes sin Fronteras a comprobarlo. Tuvo fortuna, pues el grupo organizó unas jornadas en octubre que fueron un éxito: difundieron el mensaje por otros centros de la USC; ofrecieron la posibilidad de conseguir un crédito de libre elección, consiguieron 80 inscripciones y una elevada participaron en las seis sesiones que celebraron. Contaron con la adhesión de los escritores Paco Martín, Fina Casalderrey, Andrea Maceiras, Paula Carballeira y Celso Fernández Sanmartín. Xuventude les financió, y les facilitó explicar el proyecto en un congreso internacional, en Ribeira.

Además, un pequeño grupo se anotó para colaborar voluntariamente en la escuela del Clínico, donde trabajan con niños ingresados, en coordinación con la maestra Ruth Gómez. «En las jornadas nos explicaron cómo contactar a través de una historia. Para contar bien un cuento hay que aprender a seleccionar el vocabulario apropiado según el público que escucha, modular la voz y otras cuestiones, además de cuidar el contenido. Hay que valorar muy bien qué tipo de historia se le va a contar a un niño enfermo grave que lleva mucho tiempo ingresado en un hospital», indica Mila Suárez.

La literapia sirvió para dar un impulso al grupo, pues casi duplicaron asociados. Y el interés se mantiene, como demuestran diversos contactos que han tenido desde el final de las jornadas. Eso les lleva a valorar incluso la posibilidad de «organizar un grupo de estudiantes voluntarios para promocionar actividades en todos los hospitales de Santiago», dice Víctor Cebey.

Mila, Víctor, Diana y Sandra estudian Medicina, pero también se suma alumnado de otras carreras, afirman. El reto que enfrentan es un buen atractivo.

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