Dos mil Pipis vuelan sobre el casco urbano

SANTIAGO CIUDAD

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Tienen el tamaño de un gorrión, pero se zampan 500 mosquitos en una noche

03 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El sábado 31 de agosto y el domingo 1 de septiembre son las fechas elegidas para la celebración del Festival Sinsal San Simón, que fue cancelado hace una semana en señal de solidaridad con las víctimas del terrible accidente de tren en Santiago de Compostela. En unos días se pondrán a la venta las entradas. Así mismo, a las personas que no puedan asistir a la nueva cita se les está devolviendo el importe de las entradas.

Como ya es habitual, la organización del evento mantendrá en secreto los nombres de los músicos participantes, hecho que no es una dificultad para que vendan todas las entradas, como ya ocurrió en esta edición. Anteayer, la organización sí hizo público los nombres que estaban previstos para el fin de semana pasado, cuando se cancelaron los conciertos. El cartel estuvo conformado por el norteamericano Sam Amidon, Caxade, Le Parody, Samaris, Austra, Triángulo de Amor Bizarro, Mikal Cronin y Fluzo. Grupos que representan diferentes formas de entender la música desde la independencia. La formación

El sol acaba de ponerse tras la Cíes, todavía queda una hora de luz y en ese momento salen, poco a poco. Formas oscuras con el cielo crepuscular de fondo agitan las alas con ritmo rápido, vuelan erráticamente, nerviosos y aparentemente en silencio. Nuestros protagonistas se llaman Pipistrellus pipistrellus, Pipis para los amigos, y son murciélagos, concretamente el murciélago común.

No es necesario que esta noche se protejan la yugular pues nuestro amigo, además de pequeñín, apenas del tamaño de un gorrión, no es un chupasangres (ningún murciélago europeo lo hace), el primo vigués de batman se alimenta de insectos, y a pesar de su pequeño tamaño se zampa unos 500 mosquitos cada noche. A pesar de su mala fama paradójicamente los pipis se alimentan, precisamente, de los auténticos chupasangres. Es algo digno de agradecer, porque su contribución al control de plagas resulta muy importante, además de mejorar nuestra calidad de vida, especialmente las noches de verano. Piénselo: cada vez que vea un murciélago está viendo uno de los mejores insecticidas ecológicos. Con ellos cerca puede usted dormir tranquilo. Su ecolocalización, el proceso por el que emite sonidos (afortunadamente en una frecuencia no audible para el oído humano, de lo contrario no podríamos dormir) y al escuchar su retorno le orientan, se compara frecuentemente con un radar. Imagine que fuera usted capaz de volar de noche, entre antenas, cables y ramas, a toda velocidad y detectando no solo los obstáculos sino a sus minúsculas presas gracias al sonido y hacerlo? 50 veces por segundo. Todavía no hemos inventado un radar tan perfecto como ese.

Estas noches están especialmente atareados. Sus crías acaban de nacer y tienen poco tiempo para alimentarlas antes de que el frío del otoño les ponga a hibernar, durante meses, reduciendo su ritmo cardíaco a un latido por minuto. Por eso duermen abrazados, juntos y boca abajo, para darse calor y que sus cerebros siempre conserven el riego sanguíneo en ese dilatado sueño.

Como todos los demás murciélagos, nuestros Pipis son una especie protegida, por lo que su captura o la destrucción de sus refugios, en teoría, está prohibida y castigada. Conviene recordarlo, pues no pocos edificios en Vigo se derriban sin que absolutamente nadie verifique, previamente, si albergaban alguna colonia de murciélagos, cosa muy probable en la mayoría de las viejas edificaciones. Esperemos que se tenga en cuenta en el futuro.

Los simpáticos Pipis no son la única especie de murciélago que vive en nuestro entorno (existen seis especies distintas en el área periurbana de Vigo), pero es la que mejor se adaptó a la vida en las ciudades. Quizás se los imagina viviendo en O Castro, A Guía, Castrelos, pero cuesta más pensar que su territorio y zona de caza está en Policarpo Sanz, Travesía, Sanjurjo Badía, la calle Venezuela, Coia? prácticamente en cualquier sitio, tras los edificios que dan a la calle, e incluso en Samil. Es muy difícil calcular la población viguesa de murciélagos, pero un cálculo prudente indicaría que al menos 2.000 Pipis les sobrevolarán esta noche solamente en el casco urbano. Parecen muchos, pero esa cifra resulta engañosa, porque en realidad están desapareciendo vertiginosamente de nuestros cielos, y lo peor es que ni nos damos cuenta.

El murciélago es un mamífero, no un ave. Disculpen la obviedad que sabe cualquier alumno de primaria, pero Vigo tiene estas cosas encantadoras. En la zona de San Roque el Concello decidió hace años poner nombres de pájaros a una serie de calles. Se lo están imaginando, efectivamente, en medio está la Rúa Morcego. Quizás convendría deslocalizar dicha calle, o añadirle al lado la Rúa do Burro.

Chequeo al medio especies protegidas