Le llaman El estafador de la primera plana porque siempre selecciona a sus víctimas entre los personajes que aparecen en los periódicos porque tienen notoriedad pública. Está bien asesorado y siempre se pone en contacto con sus víctimas explicando que él no tiene los supuestos vídeos comprometedores, sino que actúa tan solo como intermediario de aquel que está en poder de los documentos.
Sabe, además, que muchas de sus víctimas no lo van a denunciar por temor a que los vídeos existan en realidad. Una circunstancia que está complicando la investigación, que se promete laboriosa y larga. Una de las piezas que están resultando básicas es el teléfono móvil que se le incautó en su última detención. En él hay muchos contactos de personas a las que llamó para intentar extorsionarlas.