Nuevo viaje al pasado en Cova Eirós

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Los arqueólogos buscarán en Triacastela más rastros de los neandertales

03 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El próximo martes comenzará una nueva campaña de excavaciones en el yacimiento paleolítico de Cova Eirós (Triacastela), en la que se espera obtener nuevos datos de gran interés sobre un periodo de la prehistoria remota del que por ahora se sabe muy poco en Galicia. En esta nueva etapa, los investigadores seguirán profundizando en el yacimiento del hombre de Neandertal descubierto en la cueva en el verano del 2008 con la idea de extraer más informaciones sobre la presencia de esta especie en el territorio gallego.

Las dataciones radiométricas realizadas en este yacimiento han identificado por ahora dos etapas distintas de la ocupación de la cueva por los neandertales. La más reciente data de entre hace 84.000 y 87.000 años y la más antigua, de hace 118.000 años. Cabe la posibilidad de que en las nuevas excavaciones se encuentren rastros de poblaciones todavía más primitivas que estas, que como apunta el arqueólogo Arturo de Lombera, codirector de los trabajos, «son ya muy antiguas con respecto a la mayoría de los yacimientos neandertales del área cantábrica».

Los hallazgos realizados hasta ahora en Cova Eirós, de todas maneras, ya permiten a los arqueólogos ir esbozando un amplio panorama de la evolución de las antiguas poblaciones humanas de la montaña lucense. «Con lo que tenemos por el momento podemos abarcar casi todo el Pleistoceno Superior [período geológico que comenzó hace unos 126.000 años], lo que ya es un dato muy importante en este tipo de investigación», comenta De Lombera a este respecto. «Si siguen apareciendo materiales más antiguos por debajo de los niveles que ya están excavados, podríamos llegar a la etapa final del Pleistoceno Medio, lo que ampliaría todavía más el campo de visión», añade.

Además de excavar a una mayor profundidad que en las anteriores campañas, en esta ocasión también se pretende ampliar la superficie excavada, de manera que se duplique su extensión. Con ello se espera obtener muestras más variadas de los diferentes periodos de la prehistoria representados en el yacimiento, que también contiene importantes rastros del Homo sapiens moderno, correspondientes a las culturas auriñaciense y gravetiense.

Reconstrucción ambiental

Los investigadores también confían en seguir encontrando muestras fósiles de fauna antigua, que ya aparecieron abundantemente en las anteriores campañas. Muchos restos presentan marcas de uso, es decir, señales claras de que estos animales fueron troceados y consumidos por los humanos. Los materiales hallados hasta hoy en Cova Eirós están siendo de especial valor para reconstruir la evolución del medio ambiente, el clima y el modo de vida de las poblaciones de la prehistoria remota gallega, lo que constituye una parte muy importante del proyecto de investigación de los yacimientos paleolíticos lucenses que promueve la Universidad de Santiago, en el que también se encuadran las excavaciones realizadas en Becerreá y Monforte. «Ya tenemos dartos suficientes para emprender la reconstrucción ambiental de los últimos 90.000 años», señala De Lombera. Lo que aparezca a partir de ahora en Cova Eirós también ayudará en esta tarea.