Numerosos hallazgos que presentan un carácter único en Galicia

La Voz

SANTIAGO CIUDAD

03 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El patrimonio paleolítico lucense no destaca solo por su número, sino también por el singular valor de algunos de sus yacimientos, en los que se han realizado hallazgos de carácter único en el noroeste peninsular. Entre estos descubrimientos excepcionales destaca particularmente el hecho que los tres objetos de adorno más antiguos conocidos en Galicia han sido encontrados en la provincia, en yacimientos de Triacastela, Becerreá y Xermade.

También se halla en el territorio lucense el único yacimiento gallego donde se conservan a la vez los rastros del hombre de Neandertal y del Homo sapiens moderno -el de Cova Eirós, en Triacastela-, que además es el asentamiento neandertal más importante descubierto en Galicia. Por otra parte, Monforte es el único municipio gallego donde han aparecido yacimientos del Paleolítico Inferior, Medio y Superior concentrados en un pequeño territorio.

Restos orgánicos

La existencia de numerosas cuevas calizas, por otra parte, ha permitido que la provincia cuente con una colección de fósiles que sería imposible reunir en los territorios gallegos donde predominan los suelos ácidos, que no permiten la conservación prolongada de los restos orgánicos. Entre ellos destacan los restos humanos más antiguos de Galicia -de entre 8.000 y 10.000 años-, descubiertos recientemente en la Cova do Uro, en O Courel, por por investigadores de la universidad coruñesa. Científicos de esta institución también han localizado en diversos puntos de la montaña lucense numerosos fósiles de fauna del Pleistoceno, que están siendo estudiados en la actualidad.

Por otra parte, dentro del proyecto coordinado por la Universidade de Santiago, en Becerreá se está estudiando actualmente el mayor depósito de fósiles de fauna del Cuaternario conocido hasta ahora en Galicia, descubierto de forma accidental al llevar a cabo una voladura en una cantera próxima al yacimiento paleolítico de Valdavara. Los investigadores esperan extraer de todos estos materiales una gran cantidad de información sobre el medio natural en el que vivieron las antiguas poblaciones humanas que habitaron el territorio lucense hace decenas o cientos de miles de años.