Medio siglo de servicio a los demás

Laura López laura.lopez@lavoz.es RIBEIRA/LA VOZ.

SANTIAGO CIUDAD

25 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El cura Vicente Sampedro Sampedro, natural de Sirves (Olveira) es de esos hombres que dejan huella. Lleva nada menos que cincuenta años de sacerdocio, de servicio a los demás. Y, claro, una fecha así no podía pasar desapercibida. Familiares, amigos y compañeros de profesión le rindieron un homenaje con una misa muy emotiva en la iglesia de Olveira. Le acompañaron en la eucaristía los párrocos Gelasio López Rodríguez, Aurelio Parada González y Ricardo Villaverde Gondar. Además, entre los asistentes se encontraban compañeros y amigos del seminario: Manuel Pastoriza, Antonio Romero, Andrés Torres Queiruga -teólogo, profesor de la universidad de Santiago y escritor-, Juan Diz y el padre Julio.

La misa de homenaje fue especial no solo por el motivo que la llevó a celebrarse, sino también por la lectura de una emotiva carta en la que las sobrinas de Vicente Sampedro narraron la vida y la historia de este sacerdote, desde un inmenso cariño. Contaron que fue de la mano de la abuela Benita que Vicente inició su aventura sacerdotal, porque «ya desde niño apuntaba maneras de humildad, obediencia y bondad». Hablaron de sus amigos y compañeros que lo acompañaron a lo largo de su trayectoria vital, y también de su primera misa, el 28 de agosto de 1960. Y relataron también su presente, pues continúa celebrando eucaristías a diario en Sirves y en la capilla de las monjas de Oleiros. Además, los domingos lo esperan en la capilla de San Benito, en Seráns. Y lo definen como un jubilado «en el sentido más amplio de la palabra», del latín iubilaeus, traducido por «lanzar gritos de júbilo».

Quienes también estuvieron de aniversario fueron Diana Maneiro Romero y Ana Domínguez Martis. Ambas celebraron su cumpleaños rodeadas de sus amigas y compañeras de trabajo de la fábrica Escurís. Allí estuvieron Rosa Ces, Rosa María Losada, Paca Lago, Erminda Carou, Raquel Bermúdez y Mercedes López. El regalo que se llevaron las homenajeadas fueron dos sets de complementos de Tous. La cena tuvo lugar en la Abadía de San Enrique de Cabo de Cruz.