El Compostela regala los puntos y la categoría por su falta de motivación

C. R.

SANTIAGO CIUDAD

15 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Aunque matemáticamente todavía tiene remotas opciones de salvación, el Compos firmó su descenso a Tercera División en San Lázaro al perder 0-2 con el penúltimo clasificado, el Izarra. El tren de la permanencia pasó por última vez por la capital gallega y los jugadores del Compos se negaron a subir al único vagón que le brindaba la posibilidad de rectificar todos los errores cometidos esta temporada.

El Compos salió frío, casi tanto como su rival. El equipo de Fabiano no compareció en el tapete de San Lázaro con demasiadas ganas. Los futbolistas parecían carecer de motivación, de espíritu competitivo. Es posible que el cambio de hora haya afectado, pues los compostelanistas llegaron el estadio y jugaron todo el partido con las sábanas pegadas al cuerpo.

Por eso, los primeros minutos de la contienda fueron técnicamente un desastre. Compos e Izarra demostraron con creces los motivos por los que se encuentran cerrando la tabla clasificatoria. Tenían miedo a perder, cuando el único resultado válido para ambos era la victoria.

En la primera media hora el balón apenas salió de la zona de creación. El área rival quedaba muy lejos para uno y otro contendiente. El Compos tardó muchos minutos en calentar motores. Sus aproximaciones fueron escasas y a la hora de pisar el área los blanquiazules apenas inquietaron la meta defendida por Diego.

La primera acción seria y con peligro llegó por la banda derecha del ataque blanquiazul, cuando Iván se fue por piernas de su marcador, amagó al entrar en el área y sirvió con cierta calidad hacia la zona de mayor conflicto. Sin embargo, Ardanaz llegó antes que Sestelo para despejar el balón.

Lejos de animarse, el Compos siguió sin agresividad en su juego y sin velocidad en sus acciones. Incluso el Izarra se estiró en un par de ocasiones y se plantó delante de Pablo, en dos jugadas resueltas sin mayor problema por los compostelanistas.

Primeros intentos

En el minuto treinta y seis, Sestelo volvió a disfrutar de otra buena oportunidad para romper las tablas, pero su disparo se fue ligeramente desviado. Al Compos le costó crear peligro, y eso que el técnico blanquiazul puso en juego tres futbolistas de corte ofensivo (Tiko, Iván y Sestelo) para intentar romper el cerrojo visitante.

En la primera parte el Compos no quiso subirse al tren del ascenso. Jugó sin chispa. No supo crear y apenas se acercó a los dominios del meta rival. El segundo acto comenzó más o menos como acabó el primero. El Compos atacó con timidez y el Izarra defendió con contundencia. El Compos jugó a paso de tortuga y el Izarra se tomó el duelo con mayor profesionalidad.

Fabiano no realizó cambios y su equipo, por consiguiente, no mejoró sus prestaciones. Todo lo contrario. Fue a menos. Intentó estirar un poco más sus líneas, pero sin criterio y sin convicción. Esta nueva disposición la aprovechó el conjunto navarro, que en una contra dejó todavía más helados a los pocos espectadores que se dieron cita en San Lázaro.

Koeman puso por delante al Izarra y situó al Compos más cerca de Tercera División. Entonces, Fabiano decidió mover ficha. Puso en juego a Petter y a Gonzalo (se fueron a la ducha Sestelo y Centrón) con la intención de darle la vuelta al partido. Pero el experimento tampoco funcionó.

Mala disposición

La disposición de los futbolistas del Compos fue nefasta desde el primer segundo de partido. Jugaron sin ganas y a cámara lenta. Y tanta desmotivación provocó el caos cinco minutos después del gol de Koeman. Un centro lateral de Lerma lo cabeceó Jimmy, que batió a su compañero Pablo.

El Compos firmó su sentencia de muerte. Y desde la grada incluso parecía que era un guión bien preparado, casi provocado. Daba la impresion de que la puesta en escena fue con premeditación y alevosía. Parecía hecho a propósito.

Más hundido

El Compos volvió a naufragar, en una mañana de poco fútbol. A medida que pasaron los minutos el equipo blanquiazul se fue hundiendo todavía más. Fue dejando en el camino la poca gasolina con la que salió a competir y el Izarra se empezó a recrear en su juego. Los navarros incluso pudieron aumentar la ventaja y establecer un marcador de escándalo. Koeman pudo marcar el tercero y Ederra estuvo a punto de sorprender a Pablo, que realizó la mejor parada de la tarde.

El marcador ya no se movió. El Compostela demostró una vez más los motivos por lo que es colista y las razones por las que en mayo regresará a Tercera División.