Las lampreas no cayeron del cielo

SANTIAGO CIUDAD

Un estudio del profesor de la USC Fernando Cobo concluye que detrás del hallazgo de estos peces en el embalse de Portodemouros se encuentra la mano del hombre

25 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Ya lo dijo Stephen Hawking ayer en Santiago: la ciencia no deja mucho espacio para milagros o para Dios. El eminente científico británico, que estos días se encuentra de visita en la capital gallega, teorizaba sobre las leyes que explican el funcionamiento del universo, demasiado complejas para el más común de los mortales, que sí puede aprovechar la máxima para entender la aparición de lampreas en el embalse de Portodemouros.

El hallazgo, la pasada primavera, de esos peces de mar en el pantano que embalsa las aguas del río Ulla a su paso por Arzúa y Santiso no fue obra del cielo. Detrás de la presencia de ejemplares de lamprea aguas arriba de la presa está la mano del hombre. Es la hipótesis más plausible que baraja el profesor de biología de la USC, Fernando Cobo, tras el estudio que realizó en verano para explicar el insólito descubrimiento de piezas de lamprea que habían superado la fase de desove sin haber antes migrado al mar. La presa del embalse tendría que haberse interpuesto, por lógica, como una barrera infranqueable.

Y como tal interfirió el muro de contención que embalsa las aguas del Ulla, en el que Cobo y su equipo localizaron tres colonias de lampreas, que, por su edad (de 3, 4 y 6 años), tendrían que haber migrado al mar ya que su estancia previa en los ríos es hasta los tres años. «Este feito demostra que, como mínimo, houbo copulación en tres ocasións», explica Xavier Pazo, presidente de la Asociación de Troiteiros Río Furelos

El colectivo de pescadores de Melide se hizo eco del resultado de las investigación del profesor Cobo, que concluyó que las lampreas «foron introducidas dalgún xeito por alguén», apunta Pazo. Fuese intencionada o accidentalmente, las conclusión del estudio echa por tierra que las lampreas del embalse de Pordodemouros tengan su origen en una comunidad que quedó aislada cuando hace cuarenta años se construyó el pantano.

Se trata, entonces, de colonias residuales que responden a la suelta de lampreas, que han sido localizadas en el Ulla a la altura de los lugares conocidos como Mourazos y Muíño das Cañizas. El cauce fluvial embalsado por el pantano de Portodemouros no ha sido el único que peinaron Fernando Cobo y su equipo. El estudio se realizó en todos los ríos que desembocan en el embalse como son el Arnego, Iso, Boente, Pambre y Furelos.