La huella ourensana de Martín Gaite

SANTIAGO CIUDAD

El filólogo David González Couso analiza, en su tesis de licenciatura, la influencia que tuvo la provincia en la producción literaria de la escritora castellana

14 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Cuando David González Couso empezó a leer a Carmen Martín Gaite todavía no sabía que la narrativa de la que acabaría siendo una de sus escritoras favoritas estaba íntimamente ligada a la provincia de Ourense. Pasaron los años, y una carrera de Filología Hispánica, y González Couso acabó escribiendo una tesis de licenciatura sobre el espacio narrativo en tres relatos de la autora: Las ataduras, El pastel del diablo y Caperucita en Manhattan. Fue así como profundizó en la relación de Martín Gaite con San Lorenzo de Piñor, en Ourense, donde la autora pasó los veranos de su infancia.

Las primeras pistas para su trabajo llegaron de las conferencias que la propia escritora impartía y en las que casi siempre hacía una referencia a la pequeña aldea de Barbadás. Luego, ejerciendo de explorador de la literatura, el filólogo repasó los relatos -no son los únicos a los que se asoma Ourense- para cotejar los datos.

Empezó por pisar los territorios de Las ataduras, donde aparecían la ermita de Los Remedios, las vistas desde el monte Ervedelo o las Peñas de Ausende, a donde iba a jugar la pequeña Carmen, y que constituyen, todavía hoy, elementos reconocibles para los ourensanos familiarizados con la zona. Se trata de descripciones realistas en las que no faltan alusiones a la vegetación (el pino, los tojos o el castaño de indias), los olores (como el aroma del eucalipto) o los sonidos (el rumor de los ríos o el canto de los pájaros) y que se reproducirán, de una u otra forma, en sucesivas obras.

La propia Martín Gaite reconoció en una conferencia la presencia de San Lorenzo de Piñor en El pastel del diablo, un cuento de hadas donde un accidente geográfico real como las Tres Peñas se transmuta en un emplazamiento fantástico bautizado como Trimonte. El autor de la investigación comprobó cómo las descripciones reales de Las ataduras tenían réplica imaginaria en El Pastel, reafirmando así la influencia de la infancia ourensana de la autora en sus obras.

Tras analizar los dos relatos en los que Ourense es más evidente, David González, dio el salto a Caperucita en Manhattan y los paseos por Central Park. «Todas aquellas referencias que había utilizado para describir el paisaje de Piñor vuelven a aparecer. Cada vez que evoca la infancia está pensando en su aldea», explica el autor del trabajo, basándose en parte en declaraciones de la propia Martín Gaite.

Los meses de verano y de juegos en Ourense dejaron un poso no sólo personal en la escritora sino también literario. David González Couso concluye en su trabajo que en las narraciones hay referencias trasvasadas del realismo a la fantasía. Accidentes geográficos que fueron testigos de sus andanzas infantiles aparecen, por ejemplo, travestidos de imaginación en sus relatos.

Piñor no es una excepción en la obra de Martín Gaite ya que ciudades y literatura mantienen una relación íntima en su caso. «En Ourense era muy pequeña -relata David González- pero es cuando empieza a leer y a escribir poesía. Conjuga las lecturas con los amigos y crea un universo de ficción». Y precisa, ya en el trabajo de investigación: «Su obra literaria se alimenta de todas las impresiones que las estancias en lugares diversos, rurales y urbanos, han ido haciendo mella en el carácter de la autora».

A pesar de que el análisis de David González se centra en tres obras, hay más referencias a la provincia en la producción de Martín Gaite, como las que se dejan ver en Retahílas y en algunos poemas de juventud.

Pero la huella ourensana en la obra de la autora no se limita a la narración. En su trabajo hay otros vínculos con Galicia como demuestra el prólogo que escribió al Teatro Crítico Universal, del Padre Feijoó o su aportación a una antología de los trovadores gallegos. Es algo que también consta en el trabajo realizado por este joven ourensano, a la sombra de la Universidad de Santiago, en la que estudió.